En WhatsApp había venido circulando un texto anónimo, supuestamente redactado por un inspector de Hacienda. Incluso, recientemente, el periódico superperseguido por el gobierno madurista El Nacional lo publicó.

De buenas a  primeras, el texto anónimo nos dice: “El Estado español es una estructura de saqueo y expolio a las clases medias, con un objetivo impositivo cuyo único objetivo es robar todo lo posible a la parte productiva de la sociedad”.

Ahora bien, en efecto, la presión fiscal en España es creciente y superior a la media de la Unión Europea: la presión fiscal en España (ingresos tributarios/PIB) se ha situado en máximos históricos en 2022, superando el 42% del PIB y, por lo tanto, por encima del promedio de la UE (41,7% con datos de 2021 que son los últimos disponibles). El informe estima que la presión fiscal subirá en 2023 hasta 42,3% del PIB debido a la introducción de nuevos tributos o la reforma de los existentes. Según datos en la web, estas subidas de impuestos tienden a prolongar las crisis y retrasan el regreso al crecimiento y la senda de reducción de la deuda pública.

Otra de las alarmas que nos recuerda el documento anónimo es que “de 800.000 funcionarios se ha pasado a casi 3.500.000, de los cuales Sanidad y Educación representan 1.200.000, con una clara inflación de centros universitarios, mala calidad educativa y un gasto sanitario por habitante más bien bajo” Ahora bien, no dice este documento para nada que el español tiene una esperanza de vida solo superada por la del japonés. Y de allí el elevado envejecimiento de la población hispana.

También, en un punto 11, dice este “inspector de Hacienda” que “como el dinero que da la economía del país se viene corto se ha ido generando un enorme endeudamiento público que pone a merced de sus acreedores y absorbe el ahorro privado”. Esto sí es verdad porque el endeudamiento español es como el de Estados Unidos y para junio de 2023 había llegado al 111,2% del PIB:

Otra perla más: “Los costes de todo esto son enormes: un sistema productivo menguante y una productividad estancada desde hace quince años. España va alejándose poco a poco de los niveles de renta de los cinco grandes de la Unión Europea. La corrupción y la mala gestión se ve a simple vista si sabes mirar. La carestía de la vivienda, la alta factura de la electricidad, la falta de oportunidades, la inflación de leyes, la pesada burocracia, la poca innovación o los salarios bajos son fruto del saqueo. El deterioro de lo que llaman algunos el contrato social es ya clamoroso. No existe ya igualdad frente a la ley, protección de la propiedad privada, ni presunción de inocencia. Defender la igualdad frente a la ley llega a ser un acto de subversión».

Nos gustaría que el redactor anónimo de este documento subversivo (?) nos diese algunos ejemplos de estas cosas que dice a los cuatro vientos. Aparentemente se está juzgando a la democracia parlamentaria y al estado de bienestar español. Nos recuerda el caso venezolano, donde AD y Copei tenían prácticamente la misma ideología, ir poco a poco expropiando a las empresas concesionarias del petróleo, un gasto público excesivo y poco eficiente. Posteriormente llegó la crisis final del sistema populista y Carlos Andrés Pérez, en su segundo mandato, tuvo que acudir al Fondo Monetario Internacional y al Banco Mundial para realizar una reforma total de la economía. Lamentablemente le cayeron encima, además de la clase política, los empresarios disgustados por la negativa de seguir otorgando divisas preferenciales. En el año 1998 se lanzó el teniente coronel (r) Hugo Chávez F. de candidato para presidente, un golpista fracasado y ganó ante una gran abstención electoral. Y colorín, colorado, desapareció la democracia de golpe y porrazo.


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