El abuso de poder se hace presente  cuando es cometido por la administración pública o algunos de sus organismos, al extralimitarse en el ejercicio de las facultades que le son propias, en perjuicio de los particulares.

Abuso de poder es aprovecharse de la autoridad que se tiene, para extorsionar a otra persona o entidad con el fin de aprovechar en beneficio de sus propios intereses.

El abuso es un acto de violación de confianza y el poder es generalmente asociado a la autoridad, a pesar de que no es exclusivo. El poder es una ventaja que se tiene por encima de otra persona. Cuando hay abuso de autoridad, la persona suele tener una jerarquía de poder reconocida por todos. Un político es un ejemplo común de abuso de autoridad, porque es conocido por todos y tiene el poder que genera «conflictos de intereses» cuando aparecen los sobornos. El abuso de autoridad, en este simple caso, es aceptar estos sobornos contra el interés de la nación.

Las víctimas de abuso de poder en el trabajo pueden sufrir de «mobbing», y palabra que en inglés en significa «asedio» aplicado en el ámbito laboral, lo cual se traduce en español como «acoso laboral», que es definida como una violencia premeditada y mantenida en el tiempo, que perjudica la salud física y/o mental de la víctima con el objetivo de que abandone de su puesto de trabajo.

Comete el delito de abuso de autoridad el servidor público que incurre en alguna de las siguientes conductas: Impedir la ejecución de una ley, decreto o reglamento; el cobro de un impuesto o el cumplimiento de una resolución judicial; pedir auxilio a la fuerza pública o emplearla con ese objetivo.

El abuso de poder en Venezuela ha sido el principal causante del deterioro de la democracia. A través del uso degenerativo del poder político prácticas antidemocráticas han surgido en la sociedad venezolana caracterizando, desde hace 23 años, las políticas de gobierno. Como consecuencia de ello, se ha generado una crisis prolongada en materia de Derechos Humanos, debilidad institucional, discriminación política y la represión indiscriminada hacia sectores de oposición por parte del gobierno. Son sólo algunos de tantos síntomas que actualmente forman parte de la realidad venezolana y que estarían encaminando al país hacia el surgimiento de un Estado fallido.

Los síntomas antidemocráticos representativos del actual régimen ponen en entredicho la existencia de una democracia constitucional en el país y con ello, la precariedad del Estado para cumplir sus funciones básicas para con los ciudadanos. Palabras Clave: abuso de poder, poder político, democracia, democracia constitucional, Estado fallido.

Y un Estado fallido es aquel que tiene gobiernos débiles y en ocasiones hasta inexistentes, caracterizándose por falta de autoridad legítima en la toma de decisiones.

Un Estado fallido también es el que las instituciones del Estado son débiles, con escasa capacidad para aplicar las leyes y ejercer la justicia y además con un alto grado de corrupción.

¡Cualquier parecido con la situación que se vive en el país, no es mera coincidencia!

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