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A Velásquez no le quedó grande el cargo – Alberto López Núñez

La revista Semana tiene un muy interesante editorial sobre la actuación del ministro de la Defensa, Iván Velásquez. Coincidimos plenamente con el diagnóstico que presenta, muy negativo, obviamente, pues, según mi opinión, no ha habido peor crisis de seguridad y defensa nacional en el país en toda su historia republicana.

Señala Semana: “El fracaso del funcionario en el cargo salta a la vista y su desconexión con la crítica situación de orden público que azota al país es cada vez más notoria” (https://www.semana.com/nacion/articulo/al-ministro-de-defensa-ivan-velasquez-le-quedo-grande-el-cargo-el-pais-esta-incendiado-con-). Esa afirmación está plenamente sustentada pues, como lo señala el editorial: “El panorama es aterrador. Las masacres aumentaron 61,1% entre el 7 de agosto de 2022, cuando Petro se posesionó, y el 5 de julio de 2023 en comparación con el Gobierno Duque en el mismo periodo entre 2021 y 2022. Las zonas más críticas son Norte de Santander, Arauca, Antioquia, Valle del Cauca y Atlántico”.

Hay que añadir el incremento (162%) de los secuestros, 83 líderes sociales asesinados, sin que ni Petro ni ninguno de los farsantes dizque líderes de defensa de derechos humanos, que en realidad son áulicos del comunismo internacional lleven la cuenta y saquen farisaicos mensajes en las redes sociales “nos están matando”. Igualmente aumentaron los hurtos a personas (16%), las extorsiones (33%). Pero es que no solamente el ministro de la defensa ha dejado que la inseguridad se apodere del país, sino que ha colaborado con los narcoterroristas facilitándoles sus cultivos ilícitos, pues Semana señala que “la erradicación de cultivos ilícitos cayó 87%, la incautación de cocaína se desplomó 18%, la de heroína 47% y la de marihuana 11%. Los narcos están de fiesta y puertos como Buenaventura son hoy un polvorín”.

El diagnóstico es perfecto, en lo que no coincido es en la causa de este desastre. Según Semana:Está claro que el cargo le quedó grande”. Esta frase se emplea cuando alguien quiere realizar una labor, pero no tiene las capacidades para realizarlas, en resumen, es un inepto.

La verdad es que el ministro Velásquez no es inepto, ha cumplido a cabalidad su labor, ha sido un extraordinario ministro de la Defensa de Petro. La cuestión es que Petro no lo nombró para que dirigiera a las Fuerzas Armadas en el objetivo de asegurar la seguridad y la defensa nacional. No, Velásquez está designado precisamente para todo lo contrario: destruir las Fuerzas Armadas y crear un estado de inseguridad y anarquía preámbulo a la instauración de la dictadura del socialismo del siglo XXI.

Petro sigue al pie de la letra la cartilla del Foro de Sao Paulo para la destrucción de la democracia desde el poder, revisen las ejecutorias de Chávez en sus inicios de gobierno y verán que Petro está siguiendo el mismo libreto al pie de la letra. El primer paso en esa estrategia es la aniquilación de la moral y la capacidad operativa de los militares y policías, eso se hizo acá, en primer lugar con la destitución de los oficiales de más alto rango, esos que tenían la experiencia y mostrada eficacia en la lucha contra el narcoterrorismo, luego sigue que las maniataron al prohibirles actuar contra los criminales de lesa humanidad, lo que causó los múltiples secuestros (ahora llamados “cerco humanitarios” por los indignos altas jerarcas gubernamentales) de policías en sus funciones, y la vergonzante retirada del ejército de zonas ocupadas por el narcoterrorismo, como lo ejemplifica el suceso de Jumbo, Valle de Cauca. Ahora tienen a la Fuerza Pública inoperante y humillada ante cese de fuego unilaterales por parte de esta, pues los hechos han demostrado que ni el ELN ni las “disidencias” han dejado de actuar contra la seguridad de las poblaciones en donde ejerce control, como es el terrible caso de poblaciones en hambruna en Chocó, por un paro armado del ELN que no permite que les llegue ayuda humanitaria, esto es algo nunca visto en el país y que debe tener cabizbajos a los miembros de nuestro heroico ejército y otras fuerzas militares y de policía.

Velásquez es “un reconocido e histórico enemigo de las Fuerzas Armadas. No las conoce, no las entiende y no le importan. En lugar de liderar las tropas, pareciera que su misión ha sido atajar el accionar de estas a tal punto que, como ministro, ha sido más un obstáculo que les ha impedido cumplir con su deber constitucional de proteger a los colombianos. Ese apaciguamiento lo único que hace es envalentonar a los criminales”. (ídem). Su función es pues la de un enemigo de ellas: destruirlas y en eso ha sido altamente efectivo. Es por ello que como Semana plantea “Las grandes operaciones contra los llamados objetivos de alto valor se acabaron, al igual que los bombardeos. No hay duda: las disidencias de las Farc, el ELN, la Segunda Marquetalia, el Clan del Golfo y otros grupos armados ilegales se han fortalecido en el gobierno Petro y andan como Pedro por su casa en los diferentes territorios y apoderados del negocio del narcotráfico”.

Ya con los narcoterroristas empoderados y las fuerzas militares desmoralizadas viene la segunda etapa: la oficialización de este estado de cosas, para eso están las mesas de diálogo con los narcoterroristas, ya la del ELN acordó el objetivo principal “ reformar el modelo político y económico” que es un eufemismo para decir la sustitución de la democracia por el sistema de partido único de la dictadura del socialismo del siglo XXI y el sistema de libre mercado por el socialismo estatista, para implementarlo ya acordaron “ participación política” que como ya Petro lo señaló serán los “soviets” llamados acá asambleas populares, estas serán el equivalente de toda constituyente en el resto de las dictaduras del socialismo del siglo XXI, acá no es necesaria esa asamblea, el establishment decidió que unas mesas ilegítimas acuerdan lo que las FARC, el ELN y demás grupos criminales deseen y esto será norma constitucional, aún en contra de la voluntad popular. Para eso ya está andando la mesa con el ELN y pronto se establecerán con las “disidencias” y demás grupos narcoterroristas.

Esa es pues la situación del país, en manos del narcoterrorismo, con mesas de diálogos con estos grupos de criminales de lesa humanidad que tienen la tarea de acabar con la democracia y el sistema de economía libre, con el objetivo de instaurar la dictadura del socialismo del siglo XXI, que convertirá a Colombia en un narcoestado, es el guion chavista y para ese rol no hay mejor ministro de la defensa, que el enemigo de las Fuerzas Militares, Iván Velásquez.

 


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