La falsa oposición y sus candidatos presidenciales están empeñados en imponer la elección primaria como el tema nacional del cual deben ocuparse todos los venezolanos. Esto es la consecuencia de la tesis negociadora y colaboracionista de prestarse para la farsa electoral del chavismo en 2024, sin condiciones ni garantías. Pero fundamentalmente la falsa oposición necesita mostrar algún apoyo popular para aliviar los inevitables efectos de su tesis fallida. Para lograr esto es necesario convertir el asunto de la primaria en el eje de la discusión y consecuencialmente llamar a la gente a votar bajo el engaño de que es posible derrotar al chavismo con votos.

Pero a pesar del insidioso discurso de la falsa oposición y sus candidatos justificando escoger un candidato unitario para ofrecérselo a Nicolás Maduro en 2024, la realidad parece ir en una dirección diferente. Escoger un candidato sin previamente definir una propuesta política frente al régimen chavista no luce como una estrategia sostenible y coherente. Menos aún lo es empeñarse en hacerse parte de un fraude electoral y tratar de vencerlo a base de puro voluntarismo.

Todas las dificultades y las intervenciones que ha ejercido el régimen chavista en la elección primaria han sido presentadas como una batalla épica y definitiva entre el bien y el mal. De esta forma se hacen llamados desesperados a los venezolanos para salvar la elección primaria de su inminente fracaso, cuando en realidad lo que se quiere salvar es a la dirección política de la falsa oposición y la MUD de su inevitable bancarrota.

Sin duda, el régimen chavista tiene intereses directos en la primaria de la falsa oposición. No tanto para impedirla o sabotearla, pero sí en modular y controlar su resultado. A través de las inhabilitaciones, las transferencias de dinero, la intervención de partidos y la concertación con operadores de la MUD vía negociaciones en México, el chavismo tiene suficientes maneras de asegurarse un resultado conveniente.

Curiosamente, los intereses de la Dirección Política de la falsa oposición se alinean con los del chavismo al no poder controlar los resultados de su propia elección primaria y enfrentarse al inevitable triunfo de María Corina Machado si la elección se logra realizar en octubre. La MUD intentó montar un “casting” para presentarle al chavismo un elenco de candidatos de los cuales uno sería el seleccionado “democráticamente” para levantarle la mano a Nicolás Maduro en 2024. Esto será prácticamente imposible con una María Corina socavando las bases y arrastrando las clientelas de Acción Democrática, Voluntad Popular, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo. Esa es la verdadera emergencia que hoy enfrenta la Primaria de la falsa oposición.

El caos logístico y técnico que rodea hoy a esa elección primaria no sería suficiente para suspenderla. Los propios organizadores han reiterado que así sea “bajo una mata de mango” la primaria va y de ser así el resultado será uno que pulverice la Dirección Política de la falsa oposición y le arruine el show electorero al régimen chavista.

En este contexto la falsa oposición ya no tiene formas políticas ni legales para detener el efecto sobrevenido de la candidatura de María Corina Machado. Y a menos de 100 días para que se realice el evento es casi inevitable que el chavismo tendrá que volver a intervenir en la Primaria para ayudar a sus socios incapaces de hacer el mandado tal como se les ordenó. Esta nueva intervención podría venir en la forma de decisiones del Tribunal Supremo de Justicia chavista interviniendo a la Comisión de la Primaria, suspendiendo el mismo proceso, o inclusive delegando toda tu organización en el Consejo Nacional Electoral chavista. Las opciones abundan y los argumentos de la seudolegalidad chavista para justificarlas ya han sido anunciados (apoyo a las sanciones, traición a la patria, etc.)

El problema de todo esto que hemos expuesto es: ¿a quién realmente le interesa? ¿A quién le puede interesar que la falsa oposición esté fajada con el régimen chavista en hacerse parte del fraude electoral del 2024?

En nuestra opinión los venezolanos que se fueron de Venezuela (¡casi 8 millones!) ya votaron y lo hicieron en contra del chavismo y de la falsa oposición. Por eso se fueron. Los 300.000 que dice la Comisión de Primaria que se inscribieron para votar, de ser cierta la cifra, se pueden repartir entre los ingenuos y quienes están directamente e indirectamente conectados a los partidos de la falsa oposición. Pero jamás serán representativos de los 8 millones que están buscando cómo iniciar una nueva vida en otros países y no se sienten identificados ni asociados a la tesis electoral de la falsa oposición.

Los venezolanos que están en Venezuela en su gran mayoría escasamente tienen tiempo para las tareas diarias de supervivencia en un país donde falta todo, incluyendo la comida y el agua, y la vida no está garantizada. Esos venezolanos ven con desconfianza e indiferencia todo este circo de la falsa oposición al ritmo de jingles, slogans y promesas recicladas en un país que se cae a pedazos.

Solo hay dos segmentos de venezolanos que hoy están interesados en la primaria de la falsa oposición. Los propios falsos opositores y sus candidatos presidenciales para tratar de demostrar que aún tienen apoyo y el chavismo para asegurarse un candidato opositor amaestrado a la medida de sus intereses. Más allá de chavistas y falsos opositores, más allá de quienes han hecho de la política su modus vivendi, más allá de quienes viven de traficar ilusiones están los venezolanos de verdad, los que se fueron y los que se quedan, todos refugiados en el más absoluto escepticismo como única defensa frente a esta infame estafa electoral continuada.

@humbertotweets


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!