A propósito del tema Esequibo no vemos que la oposición toma caminos distintos a los anteriores. Así, nuevamente, tanto los dirigentes como los ciudadanos siguen desorientados sobre el tema. El dirigente político escucha, comprende, orienta, direcciona, independientemente del nivel en el que se encuentra para sensibilizar, incentivar toda inquietud y movilizar todo lo necesario para encontrar respuestas. Los partidos políticos entrenan para ello y cuando pasan por severas crisis, las organizaciones de la sociedad cumplen ese importantísimo papel. Mientras más alta es la responsabilidad del dirigente, mayor es, y debe ser, su misión pedagógica, incluyendo la humildad de reconocer que tiene que dar explicaciones.

Esto es lo propio de la política, no de la antipolítica, en la que no sólo se debe, literalmente, actuar, accionar, moverse, sino pensar, idear e imaginar escenarios. La política es una combinación, lo más óptima posible, del hacer realidad los propósitos. Concebir el propósito, la meta, el fin para materializarlo, convertirlo en realidad, siendo lo más didácticos que se pueda: se hace el grado de líder al recibir la confianza de propios y extraños.

Demasiada gente quedó varada en la película Las horas más oscuras de Joe Wright (2017), en la que Winston Churchill se sobrepone a las más duras y difíciles circunstancias de la Gran Bretaña finalmente bombardeada y envuelta por la conflagración mundial. Ha sido fácil apelar a él, a su “sangre, sudor y lágrimas”, el cliché favorito de quienes jamás leyeron nada sobre él, como si hubiese empleado tres palabras mágicas, repentinamente milagreras, sin antecedentes ni sentido, creyendo estúpido al resto de los mortales. Pero el gran estadista y estratega, daba explicaciones, marcaba una pauta, ofrecía soluciones, consultaba a propios y extraños, y, en definitiva, trazaba caminos.

Luego, frente al régimen de Nicolás Maduro sobran quienes han citado al líder británico, pero faltan aquellos que hayan apreciado cuán lejos llegó como estadista, por cierto, estudiado por un venezolano de excepción como Ramón Guillermo Aveledo muchos años atrás con su Churchill, vida parlamentaria (Editorial Panapo). Y viene muy al caso, porque así como ha errado el gobierno a propósito del Esequibo, también está ocurriendo con la oposición con la vista puesta en el referéndum. De repente, nuestra población ha sido sorprendida con una intensa campaña oficialista obviamente interesada, mientras que la oposición no informa, no orienta, no incentiva, no dice nada: hay libertad de los partidos para adoptar la posición que crean conveniente, rompiendo la unidad necesaria, por una parte, y, por la otra, una locura, desatada por quienes llaman a abstenerse, los mismo que siempre lo hacen desde 2005, sin explicaciones, y todo esto recién celebradas las elecciones primarias.

El liderazgo se ejerce, no se ruega a otros. De modo que, a escasos días de la consulta, con las honrosas excepciones del caso, todos guardan silencio y no hay periodista que encuentre a un solo jefe de partido opositor que le diga clara, directa y concreta su opinión. Todo queda a la deriva, al azar, y este pequeño detalle apenas ilustra que existe un vacío. Vacío que más adelante puede traer consecuencias y heridas difíciles de curar y darle poder a los que se creen dueños de la única verdad que no es tan cierta.

En mi caso particular a propósito del Esequibo, creo firmemente en la defensa de nuestro territorio, siempre por vías democráticas apegados a la legalidad y al derecho nacional e internacional, a participar en la consulta del 3 de diciembre indistinto de quien haya sido el convocante. Insistir, resistir y persistir ha sido la vía que hemos mantenido durante todo este tiempo. Mantener la unidad democrática y la unidad país, el cual incluye al Esequibo. Nuestra intervención daría una demostración de fortaleza y carácter democrático, haciendo que la convocatoria y la participación estén en las manos de los que, por tantos años, hemos tenido la conciencia en defender el tema del Esequibo al ejercer la soberanía, cuando muchos no le dan ni le dieron importancia ni significado al tema, y solo por adversar a este gobierno que por una razón política ha tomado las banderas del nacionalismo, pues, en realidad, esta defensa debería manifestarse sin distinciones políticas e ideológicas.

@freddyamarcano


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