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La folklórica frase que titula esta columna fue rescatada en su momento por el pintoresco presidente Luis Herrera Campins, quien entonces alertaba acerca del advenimiento de difíciles situaciones para Venezuela que aconsejaban prepararse para adoptar el rápido y ágil ritmo del venezolanísimo joropo.

En esa misma tónica otro refrán vernáculo nos advierte  que “se acabó lo que se daba”, por lo que resulta indispensable buscar nuevos caminos.

Es el caso que con aquello de que Venezuela se está arreglando y que la Avenida Principal de Las Mercedes se viene transformando en un Manhattan tropical, muchos en el exterior ―no los venezolanos exiliados― y bastantes de los beneficiarios de la artificial burbuja que arropa reducidísimas zonas de Caracas y algunas otras ciudades, vienen dejando de lado el preocuparse por el peligro inminente de que la región se convierta en un amplio foco de difusión ―y posible advenimiento― de la ideología castro-chavista-madurista cuyas ejecutorias, medidas en logros y fracasos, hablan por sí solas  de la necesidad de prepararse para el zapateo de nuestro baile nacional.

El comentario que antecede viene a colación con motivo de la reunión de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) que dará comienzo el próximo martes 24 de enero en Buenos Aires y a la que se supone asistirá Nicolás.

Tal Celac fue una iniciativa cuyo objetivo anunciado cuando se fundó en 2010 era tener una OEA sin la presencia de Estados Unidos y Canadá. La iniciativa que en su momento se anunció profusamente, pronto cayó en el olvido cuando el recurrente ciclo “democracia liberal-socialismo del siglo XXI” se inclinó hacia el primero de los polos. Pero desde entonces a la fecha lo cierto es que el continente ha derivado hacia el extremo opuesto con motivo de los cambios de gobierno habidos en Perú, Colombia. Brasil, México, Argentina, Chile, Honduras y el Caribe etc. Así, pues, no es insólito pensar que quienes caminan ―o dicen caminar― por ese sendero hayan revivido la iniciativa. Lección: ¡no todos los muertos están definitivamente muertos! Eso a su vez llama a la continuada y celosa vigilancia.

Lo cierto es que en los próximos días convergirán en Buenos Aires demócratas, menos demócratas, antidemócratas y “Ni-Ni”. Con eso ellos pregonarán que no precisan de la OEA, que es tan solo un instrumento del colonialismo norteamericano y demás slogans del libreto.

Este columnista no tiene información acerca de si los dictadores de Cuba, Venezuela o Nicaragua están señalados o no por “Circular o Alerta Roja” de Interpol que implica el compromiso de los Estados miembros de esa organización de detenerlos al arribar a su territorio. En todo caso, si así fuera, nada práctico ocurriría por cuanto todos los jefes de Estado gozan de inmunidad, pero no está de más recordar el episodio cuando en 2013 el avión oficial que transportaba a Evo Morales, entonces presidente de Bolivia, fue desviado y obligado a aterrizar en Austria hasta que se resolvió el incidente y se le permitió continuar su vuelo. Otros gobernantes de dudoso prontuario como Omar-al-Bashir de Sudán, solicitado por la Corte Internacional de Justicia, y otros han tenido que ajustar su vida a estas restricciones. Además, hay unas buenas ofertas oficiales de recompensa dineraria por algunas cabezas,

Sea como fuere, desde ya podemos adelantar que los discursos públicos que acapararán los titulares se centrarán en expresiones como “la Patria Grande” u otras similares cuyo enunciado no deja de ser atrayente aunque su contenido sea difuso. Sobrarán las acusaciones al imperialismo norteamericano y su dominación, sin que por ello los denunciantes renuncien a los pedidos de financiamiento preferencial con las instituciones en las que Estados Unidos es el primer aportante y en muchos casos el mayoritario. Seguramente Nicaragua y sus aliados afirmarán que meter presos e inhabilitar a todos los candidatos presidenciales o juzgar por sedición a obispos que predican los principios de su fe es parte de su liberación colonial. Díaz-Canel seguramente reivindicará la legitimidad de haber apresado, juzgado y condenado a miles de personas que participaron en las manifestaciones de julio de 2021 y Nicolás ―acompañado de su inseparable “Cilita”― informará “urbi et orbi” de los logros de una Venezuela que solo vive en el discurso oficial, desmentido por todas las cifras y por los informes de serios organismos internacionales. A lo mejor hasta Bukele se atreve a proclamar la legalidad de sus razzias en las que arrestan a decenas de miles de personas para hacinarlos con comida reducida mientras se determina si son pandilleros o no. (A este opinador no le gustan los pandilleros pero tampoco le gusta la determinación de perfiles raciales o conductuales a priori).

A quienes tienen la generosidad y paciencia de seguir estas reflexiones semanales les invitamos a contrastarlas con lo que leerán la semana que viene y compartirlas en las redes sociales . No se trata de emular al bíblico profeta Isaías sino de adelantar la opinión de quien viene observando el mundo y la región durante ya demasiados años habiendo más o menos podido separar la paja del trigo y los enunciados políticos de los hechos reales.

@apsalgueiro1

 


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