He venido siguiendo de cerca el comportamiento de las naciones del mundo con respecto al régimen venezolano y no me queda más remedio que utilizar uno de los epítetos favoritos del comediante Álvarez Guédez: ¡Ño!

Mi relato comienza con la elección de Juan Guaidó como presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y su “autonombramiento” como presidente interino del país el 23 de enero de 2019. Ese momento es de suma importancia porque, a pesar de que la oposición venezolana tenia (y tiene…) el control de la Asamblea Nacional, hoy en día resulta obvio que los partidos políticos, con su típica irresponsabilidad y desunión, se negaron a realizar el acto oficial de nombrar a Guaidó como presidente del país. Nunca olvidaré mi emoción cuando ese valiente joven tomó el micrófono en la calle e hizo su jugada maestra contra el régimen marioneta. Sin embargo, su gestión comenzó con un grueso plomo en el ala. Apenas el mundo se enteró de lo sucedido, hasta en las publicaciones mas conservadoras bautizaron a Guaidó como “líder opositor autonombrado presidente” con la consecuente perdida de legitimidad internacional. En aquel momento me dio tanta ira que hasta le mandé una dura carta al editor del Wall Street Journal.

Las acciones mencionadas crearon una gran expectativa en la opinión publica mundial. Inmediatamente, Estados Unidos y el Grupo de Lima comenzaron una agresiva campaña de apoyo al naciente gobierno legitimo de Venezuela. Pero en el grupo de más de 50 países que apoyaron a Guaidó había fracturas de criterio; particularmente algunos países hipócritas con gobiernos seudosocialistas, cómplices de la Habana y sus títeres castro-chavistas. Al cuestionamiento del autonombramiento y las divisiones internas y externas, se sumó un grave error de calculo por parte de gobierno interino. En aquel momento, yo sinceramente pensé que las acciones de la Asamblea Nacional iban a venir acompañadas de una profunda estrategia, incluyendo parte importante de las fuerzas armadas y mas importante aun, una amplia reacción del pueblo soberano contra las carencias y abusos del gobierno ilegítimo. Ninguno de estos factores se hizo realidad.

Los ojos del mundo se posaron en Guaidó y en el país durante el concierto Venezuela Live Aid realizado en Cúcuta, Colombia, el 22 de febrero de 2019. Allí participaron grandes estrellas venezolanas e internacionales para llamar la atención sobre la grave crisis humanitaria que vivía y todavía vive Venezuela. Hasta el conocido y respetado Richard Branson prestó sus recursos e imagen para llamar la atención y atraer la colaboración de millones de personas sensibles al sufrimiento venezolano. A pesar de todos los esfuerzos, promoción y metas establecidas solo se logró recaudar una fracción del dinero que se esperaba. En mi opinión, esto fue una evidencia temprana del escepticismo que mantiene el mundo sobre la capacidad de los factores políticos opositores de presentar una alternativa creíble al chavismo. Además, también demostró una vez más la profunda influencia de La Habana y el socialismo internacional en los medios de comunicación, la opinión pública y las principales organizaciones supranacionales.

Habiendo dicho lo anterior, creo que hay unas preguntas muy importantes que nos debemos plantear: ¿Está el mundo consciente de la grave crisis humanitaria, política y económica que sufre Venezuela, y si es así, ¿le importa lo suficiente a la mayoría como para apoyar un cambio de régimen en el corto plazo?

Estudiando el comportamiento de los países en recientes votaciones en la Organización de las Naciones (des)Unidas la respuesta a ambas preguntas es un rotundo ¡NO! Yo sé que muchos lectores pueden y van a estar en desacuerdo, pero me remito a la evidencia.

A finales de febrero de 2019, Estados Unidos introdujo una propuesta al consejo de seguridad de la ONU que cuenta con 15 miembros. La propuesta consistía en que el consejo reconociera a Juan Guaidó como presidente legitimo y rechazara al régimen de Maduro. La propuesta tuvo 9 votos a favor, incluyendo a Francia, Inglaterra, Perú y República Dominicana. Por su parte, Rusia, China y África del Sur se opusieron y Guinea Ecuatorial, Costa de Marfil e Indonesia se abstuvieron. Solo la negativa de Rusia o China hubiera bastado dado su poder de veto. Sin embargo, el resultado evidenció una profunda disparidad de criterios. Esto fue un abreboca del empinado camino que se le presentó al gobierno interino para ampliar su apoyo internacional.

Durante el resto de 2019, Estados Unidos y el grupo de mas de 50 países aliados trabajaron arduamente en los foros internacionales para informar a las naciones del mundo sobre la verdad de la crisis venezolana; hasta que en octubre de ese año llegó la hora de la verdad con el voto en la asamblea general de la ONU para renovar varios de los 47 miembros del Consejo de Derechos Humanos. Es de hacer notar que para ese momento ya se había creado una comisión especial de la misma ONU para investigar las denuncias de violaciones de derechos humanos por el régimen de Maduro. A pesar de todos los esfuerzos realizados, 105 de 193 países votaron a favor de incluir a los representantes del gobierno ilegitimo en el mencionado consejo. Evidentemente, la estrategia diplomática internacional del gobierno de Guaidó no había dado los resultados esperados.

Durante 2020 Michelle Bachelet, alta comisionada de la ONU, presentó los resultados de una profunda investigación que demuestra las vejaciones, torturas y asesinatos contra cualquiera que se oponga al régimen castro chavista. En consecuencia, hace pocos días, hubo una serie de votaciones importantes en el consejo de derechos humanos de la ONU. Sorprendentemente, una primera resolución fue aprobada por 22 países, incluyendo la Argentina kirchnerista, para seguir con las investigaciones y monitoreo a las violaciones de derechos humanos en Venezuela. Sin embargo y en una movida de casi reverso, 14 paises lograron aprobar una resolución introducida por Irán y Turquía denunciando las sanciones de Estados Unidos como un bloqueo y pidiendo solidaridad con Maduro y su régimen. ¿Quién los entiendeeee?!

En conclusión, es importante que los venezolanos nos demos cuenta que NADIE, a pesar de los gigantes obstaculos y evidente injusticia de nuestra situación, va a venir a solucionar nuestros problemas y que los comentarios de Elliott Abrams de que los venezolanos no deben estar esperando “marines anytime soon” son en serio. El famoso Zorro despertó la admiración del pueblo cuando vieron que este luchaba solo y desinteresadamente contra el gran imperio español para defender los derechos de los mas necesitados.


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