Mucho se habla de la africanización de Venezuela como el triste legado chavista. La comparación busca ilustrar el profundo grado de destrucción nacional. Los índices no mienten. Tras 5 años de empobrecimiento acelerado, el país se parece más a algunas naciones africanas que a sus vecinos regionales (Encovi. 2019-2020).

Es una comparación en el sentido negativo que obvia las cosas buenas que están pasando en aquel continente como la movilización de sus sociedades. Las acciones no violentas en demanda de derechos, justicia y libertad fueron increíblemente enérgicas e inspiradoras en África, donde el despertar popular está capturando la atención mundial (Humania del Sur Nº28, junio, 2020).

En un ejercicio integrador de lo bueno y lo malo que acontece en el continente africano hay cinco cosas sobre las que me permito llamar su atención:

  1. Elecciones explosivas y la maldición del tercer mandato

Los presidentes de Guinea y Costa de Marfil, Alpha Condé y Alassane Ouattara, han dado un paso adelante para ser candidatos a las elecciones presidenciales que se celebrarán en sus respectivos países el próximo mes de octubre. Ambos llevan dos mandatos, que es el límite que establecen sus constituciones. Así que recurrieron a la misma polémica estrategia: reformar la carta magna para poder participar en los venideros comicios. No es la primera vez que esto ocurre en África occidental; en la última década lo intentaron Mamadou Tandja en Níger, Abdoulaye Wade en Senegal y Blaise Compaoré en Burkina Faso. Pero a los tres les salió mal la jugada. Lo llaman “la maldición del tercer mandato” porque suele traer aparejadas protestas, represión y muertes (El País, 7 agosto, 2020).

2. Yihaidismo: la amenaza más virulenta contra la paz y la seguridad

Además de las siempre presentes luchas personales por el poder, la insatisfacción con los distintos gobiernos por ineficacia y corrupción, y los choques entre grupos étnicos y religiosos, aumentan notablemente el potencial de conflicto en muchos países africanos.

Sin duda, la violencia yihadista se ha convertido en una de las mayores amenazas para la seguridad en múltiples partes de África. Las recientes escaladas en Somalia, Burkina Faso y Malí son un recordatorio de la virulencia del problema. Pero hay otros puntos calientes con una gran capacidad de propagación: Nigeria con Boko Haram; Mozambique, cada vez más afectado por las acciones del grupo Al Shabab, que opera en el norte del país, y la República Democrática del Congo, donde el grupo rebelde ADF recientemente prometió lealtad al Estado Islámico (GIGA Focus | Africa | Number 01 | January 2020).

3. ECO: la implementación del proyecto de moneda común en África occidental

En julio de 2019, los jefes de Estado de los 15 miembros de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao) acordaron presentar una moneda común en 2020, proyecto de vieja data que, sin embargo, lo único que tiene claro es el nombre: se llamará ECO, por las siglas en inglés de esta comunidad (Ecowas).

La inminente fecha contrasta marcadamente con los desafíos que presenta la región en cuanto a las diferencias en los niveles de desarrollo y el pasado colonial, pues la Cedeao reúne antiguas colonias británicas y francesas. Y los Estados francófonos ya comparten una moneda común, el franco CFA, vinculado al euro y garantizado por Francia.

Consciente de los contrastes, el economista senegalés Abdourahmane Sarr considera que «a corto plazo, Nigeria y Ghana deberían mantener sus propias monedas visto su peso y sus divergencias macroeconómicas y estructurales con los otros países», especialmente los que utilizan el franco CFA. Sin embargo, no tiene mucho sentido hablar de una moneda común y partir con excepciones.  Otros expertos señalan que es menester considerar un “federalismo presupuestario» para cuando algún país se encuentre en apuros, y de esto no se ha hablado nada hasta ahora.  Así planteada la cuestión, si se da, pareciera destinada a repetir los mismos errores de la zona euro (EFE, nov 2019).

4. El poder de la gente

Las poblaciones africanas están asumiendo con excepcional vitalidad interesantes iniciativas en función de mejorar su entorno, haciendo uso de la cuota de poder que les es inherente en el marco de su cultura específica. Una de sus luchas es por la Democracia.

Los movimientos populares opuestos a los regímenes de Argelia y Sudán, por ejemplo, obstaculizan la regresión contrarrevolucionaria experimentada por el mundo árabe desde 2011-2012. En ambos casos, los poderes construidos alrededor del estamento militar encuentran en la gente movilizada un freno a su pretensión de monopolizar la transición. Algo parecido sucede en Zimbabue, donde la crisis económica ha borrado el entusiasmo inicial por el retiro del poder de Mugabe y la gente ha decidido manifestar su descontento en las calles (Mata Carnevali, julio, 2020).

5. Vientos legales de cambio: lucha contra la desigualdad de género y la discriminación

Junto a la lucha por una verdadera democracia, encontramos otras causas que movilizan a los africanos como la lucha contra la pobreza, por una mayor transparencia en el manejo de los dineros públicos y contra la desigualdad de género y la discriminación de las minorías.

Los derechos de propiedad y las reglas de herencia, por ejemplo, son cuestiones muy polémicas allá. Hemos visto gobiernos disolverse por reformas de las leyes de familia y sucesiones en el pasado. Sin embargo, algunos están dando pasos valientes en este sentido al calor de las acciones de la sociedad civil organizada.

Mozambique aprobó en 2019 una ley para penalizar el matrimonio infantil y Costa de Marfil está a punto de aprobar una reforma a la ley de matrimonio que favorece la administración conjunta de la propiedad conyugal y reconoce el derecho de las mujeres a heredar en caso de que el marido muera. Sin embargo, en el continente en general persisten importantes lagunas en la legislación sobre las uniones consuetudinarias y religiosas, y el matrimonio entre personas del mismo sexo, que algunos siguen considerando un hecho punible con la muerte (GIGA Focus | Africa | Number 01 | January 2020).

Entre elecciones manipuladas, terrorismo, monedas y derechos ilusorios, parece cuestión obligada mirarse en el espejo africano. A ver si nos inspiramos en el espíritu de lucha de sus sociedades, y nos ponemos nosotros también en movimiento.


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