La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró al 2023 como el Año Internacional del Mijo, con el propósito de crear conciencia sobresus beneficios nutricionales y de su capacidad de proveer alimentos en zonas áridas.Con frecuencia, se trata del único cultivo que puede cosecharse en temporada seca, por lo que el mijo puede ser una fuente vital de alimentos para las poblaciones vulnerables a la inseguridad alimentaria.

Este cereal es popular y muy consumido en África y Asia. El término “mijo” abarca un grupo diverso de cereales en el que se incluyen el mijo perla, el mijo común, el mijo de cola de zorra, el mijo japonés, el mijo pequeño, el mijo koda, el mijo marrón, el mijo africano y el mijo de Guinea, así como el fonio, el sorgo (o gran mijo) y el tef. En muchos países, el mijo equivale a lo que para los venezolanos es el maíz.

Pertenece a la familia de las gramíneas, al igual que otros cereales como el maíz, el trigo o la avena, y se caracteriza por ser muy digestivo, fácil de cocinar y de elevado valor nutricional. Contiene un alto contenido proteico, posee vitaminas B1, B2, y B9 y es uno de los cereales que más cantidad de hierro y magnesio poseen. Además, no tiene gluten, lo que lo hace ideal para las personas celiacas.

Adicionalmente, el mijo es muy tolerante a sequías. Puede cultivarse en condiciones climáticas adversas y cambiantes, dado que puede crecer en tierras áridas con una cantidad mínima de insumos. Esta característica le otorga otro valor agregado al mijo, pues con una producción sostenible podría convertirse en una solución ideal para que los países aumenten su autosuficiencia y disminuyan la dependencia de la importación de cereales.

“El mijo abarca increíbles cultivos ancestrales con un alto valor nutricional. Puede desempeñar un importante papel y contribuir a nuestros esfuerzos colectivos por empoderar a los pequeños agricultores, lograr el desarrollo sostenible, eliminar el hambre, adaptarnos al cambio climático, promover la biodiversidad y transformar los sistemas agroalimentarios”, dijo QU Dongyu, Director General de la FAO, en el acto en que se decretó 2023 como Año Internacional del Mijo.

Aumentar la producción de mijo puede apoyar los medios de vida de los pequeños agricultores y puede ofrecer empleo decente a grupos vulnerables de la población, como son las mujeres y los jóvenes. Gracias a la posibilidad de contar con cereales saludables alternativos como el mijo, pueden mitigarse los riesgos relacionados con las perturbaciones de la producción. Además, puede ayudar a garantizar la seguridad alimentaria en las zonas en las que tiene pertinencia desde un punto de vista cultural.

La Agenda 2030 presente

Es oportuno promover la producción sostenible de mijo y, al mismo tiempo, destacar su potencial para crear oportunidades de mercado sostenibles para productores y consumidores. Impulsar el consumo del mijo contribuye al cumplir con los siguientes Objetivos de Desarrollo Sostenible, establecidos en la Agenda 2023 de la FAO:

Hambre Cero: La producción sostenible del mijo puede combatir el hambre y contribuir a la seguridad alimentaria y nutricional.

Salud y Bienestar: Por su elevado valor nutricional, el mijo puede ser parte importante de una dieta saludable.

Trabajo Decente y Crecimiento Económico:Aumentar el consumo de mijo puede ofrecer oportunidades a los pequeños agricultores de mejorar sus medios de vida.

Producción y Consumo Responsable: Un mayor consumo del mijo puede mejorar la diversidad del sistema alimentario mundial.

Acción por el Clima: El cultivo sostenible del mijo poder apoyar la agricultura resiliente al clima.

En Venezuela

El mijo no está muy arraigado en la cultura venezolana, por lo que su consumo en personas es escaso, su producción se destina básicamente a la elaboración de alimentos para animales. Actualmente el maíz es el cereal que lidera la fabricación de alimento para animales, por lo que darle más protagonismo al mijo es uno de los desafíos que debemos vencer.

Desde FAO proponemos establecer mesas de trabajo con las empresas productoras de alimentos para animales, con el propósito de analizar las demandas de cereales y acordar porcentajes de inclusión del sorgo (el tipo de mijo más común en Venezuela) como materia prima. Una vez conozcamos el interés de estas compañías en este cereal, impulsaremos un plan de acción multiactorial de producción de semillas de sorgo.

En general, en Venezuela el mijo puede ser cultivado en una amplia variedad de suelos y ambiente. Las áreas de mayor potencial son Lara, Falcón, las depresiones de los lagos de Maracaibo y Valencia y algunas zonas de los llanos occidentales, centrales y orientales. Este potencial da un respaldo significativo al impulso de producción del mijo en Venezuela, y contribuir a lograr el propósito del Año Internacional del Mijo de crear conciencia sobre sus beneficios nutricionales.


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