Maldita sea. Toda la puñetera noche dando vueltas. Qué maldito calor. Y para colmo, sin Orfidal. Otra vez.  ¿Quién me manda a mí salir a cenar? Si sé que me sienta fatal cenar fuerte. Y luego, las copas. Nunca sé parar a tiempo. Creo que tengo que plantearme dejar el alcohol, definitivamente.

Las 03:35. ¿No corre el tiempo o qué pasa hoy?  Esto es agobiante. Y con la ventana abierta; no paran de pasar borrachos. Esto me pasa por vivir en Chamberí. Esto, cuando iba a Potes, no pasaba, claro que allí el silencio tampoco me dejaba dormir.

Al final va a tener razón mi mujer. Yo y mis adicciones; se me acaba el Orfidal y solo de pensarlo no pego ojo. Y estas malditas palpitaciones, ¡me va a estallar la cabeza! Y el pecho, no puedo respirar. Creo que tengo un ataque de ansiedad. Mañana mismo llamo a la doctora para que me suba la dosis del Escitalopram, que este de 5 es una mierda.

¡Me duele el pecho! A ver si la vamos a liar, que ya no tengo edad para gilipolleces. Me ahogo, ¿qué coño pasa? ¡Me duele mucho! ¡Me ahogo!

Nada, me levanto de la cama, así no se puede. Qué raro, de repente, se me ha pasado el dolor. Y las palpitaciones. Me encuentro de puta madre. ¿Qué hora es? Las 03:35. ¿Qué hora era antes?.

Bueno, voy a salir al balcón, que está abierto. Ahora no se oye ni un ruido, que extraño. No pasa nadie por la calle, ni un coche, nada. Tiene gracia. Esto me recuerda al confinamiento. Parece que ha caído una bomba. Y solo son las 03:35. Madrid ya no es lo que era. ¿Por qué huele tanto a rosas?.

Voy a beber agua; bueno, pensándolo bien ahora ya no tengo sed. Tampoco tengo calor. Es extraño. Ahora me encuentro tan bien. Me voy a sentar un rato, en el sillón. No voy a poner la tele, si despierto a Maricarmen, con lo que le cuesta dormirse, se va a liar .¿Por qué tengo frío de repente?.

Tengo que replantearme las cosas. Ya no tengo edad para hacer el imbécil. Le tengo que dar una  vuelta y hacer una vida más sana, menos tóxica. Dejar las pastillas, moderar el alcohol, hacer deporte. Estoy muy gordo. Va a llegar el verano y me va a dar corte ponerme el bañador. Nada, desde mañana, nada de porras ni tostadas, tengo que bajar el colesterol como sea. Esto, con treinta años, ni me lo planteaba.

Joder, que raro, no se oye ni un ruido. Si hasta parece que el polvo se ha quedado suspendido en el aire. Ni el tictac del reloj oigo. Estos relojes automáticos se paran a la primera. Debe ser que ya no me muevo ni para cargar el reloj. Qué triste.

Bueno, pues habrá que acostarse, que mañana es lunes.  A ver ¿qué hora es ya? Las 03:35. Pero, ¿antes no era esta misma hora?  Se habrá roto el reloj. Qué raro, si es digital. Tendría que haberse apagado. Estos trastos chinos son una basura.

Bueno, mañana lo miro. Me voy a la cama.

¡Pero coño!, ¿quién se ha acostado en mi cama? Estos niños no respetan nada. Hay que joderse.

No entiendo nada. ¿pero ese que está en la cama, quién es? Se parece a mí; está pálido. ¡Despierta tío! ¿Quién eres?…

No me sale la voz. Ahora me he quedado mudo. No comprendo lo que ocurre, ¡es de locos! Tengo que despertarle.

No puede ser. ¡Este tío está muerto!, está helado. Y ¿por qué se coge el pecho? Tiene los ojos abiertos. Me mareo, ¿qué pasa?  ¡Tengo que encender la luz!  ¿Qué hora es?  Las 03:35.

Y el espejo… ¿Pero qué ocurre?.

¿Por qué coño no me reflejo en el espejo?

 


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!