El jueves llegó un usuario a la biciestación de Nuevo Circo y solicitó el préstamo de una bicicleta. “Debe dirigirse a la biciestación de Plaza Venezuela. No tenemos unidades disponibles”, respondió el operador. El Sistema Público de Bicicletas –servicio gratuito inaugurado en 2015 por el entonces alcalde Jorge Rodríguez– tres años después ya no pedalea por las nueve biciestaciones: Metro de Bello Monte, Sabana Grande, Plaza Venezuela, Bellas Artes, Parque Carabobo, Nuevo Circo, El Silencio, La Hoyada y plaza Pagüita.

La operadora de una de las biciestaciones, Antonieta Marcano, nombre imaginario para proteger la fuente, asegura que las fallas son múltiples en el sistema creado como alternativa de movilidad en la ciudad. Desde hace aproximadamente seis meses no cuentan con el camión que traslada las bicicletas a los puntos, por lo que los operadores y ruteros deben ir hasta el Instituto Municipal de Deporte y Recreación (Indere) a buscar las unidades y llevarlas a Plaza Venezuela.

“En total somos como 8 personas. Entre nosotros sacamos 20 bicicletas que se guardan en el Indere, cerca de Plaza Venezuela. Luego, en parejas, nos vamos a los puntos. Ahorita solo están operativas las biciestaciones Plaza Venezuela, Bellas Artes y Nuevo Circo. No tenemos personal suficiente para cubrir todos los puntos. Deberíamos ser, aproximadamente, 15”, dice Marcano.

Por eso los usuarios deben solicitar el préstamo en Plaza Venezuela y terminar la ruta en la biciestación más cercana que esté abierta, donde devuelven el vehículo. Es una advertencia que formula el operador antes de aprobar el préstamo.

Otro operador, que prefiere no revelar su identidad, destaca que cuando contaban con transporte sacaban hasta 10 bicicletas por punto. Y agrega: “Hay cualquier cantidad de bicicletas que no tienen repuestos, están a la espera”.

En abril de 2016 Rodríguez informó que, con una inversión de 10 millones de bolívares, habían adquirido 500 bicicletas para nutrir la flota del Sistema Público y del Plan Caracas Rueda Libre.

En esa oportunidad aseguró que el sistema contaba con la custodia de 90 agentes de las brigadas ciclistas de la Policía de Caracas y la Guardia Patrimonial, más 45 rescatistas de Protección Civil del municipio Libertador. En el recorrido se constató la presencia de 2 funcionarios policiales.

Lo que sí pudo evidenciarse fueron las fallas en el asfalto de las ciclovías y la falta de demarcación. En Plaza Venezuela la ruta tiene partes sin pintura y es utilizada como estacionamiento de motos o por personas que se sientan en la vía. En el caso del puente colgante, inaugurado en 2015 en el Parque Los Caobos, ya comienza a deteriorarse. En algunas zonas el pavimento es irregular por huecos que se han formado.

La doctora en transporte urbano Rosa Virginia Ocaña considera que existe un proyecto por continuar: “Faltan muchísimas cosas. Montar un sistema de préstamo de bicicletas en cada biciestación, bien organizado, cuyo funcionamiento sea permanente; con bicicletas adecuadas, la utilización de máquinas para el registro, mejoras en el pavimento. Todo esto acompañado de una campaña de divulgación de seguridad vial y de tránsito”.

La crisis de transporte. La primera opción de movilidad del socorrista de un grupo de rescate Luis Suárez, de 21 años de edad, es el Metro; La segunda, la bicicleta. Y es así porque hay zonas donde no puede estacionarla. Para ir al trabajo toma la ruta en bicicleta desde Antímano, pasa por Carapita, La Yaguara, Capuchinos y El Silencio hasta la Torre El Chorro. “Comencé a utilizarla hace 4 meses. Primero hacía recorridos cortos. Luego me di cuenta de que podía llegar más rápido manejando bicicleta”, cuenta. Entre las 2 camionetas que debía tomar para llegar a su destino, perdía aproximadamente 50 minutos. “El problema del efectivo también se me complicaba, lo que consigo ahora lo uso en otras cosas”, agrega.

Ramón Sumoza es otro joven que también se traslada en bicicleta y en patines a su trabajo en Altamira. “La ruta que tomo en patines es desde la avenida San Martín, conecto con la Lecuna por el Museo de Bellas Artes, caigo a la avenida Libertador y después bajo por Plaza Venezuela. Ahí enlazo con la avenida Casanova, luego tomo la avenida Francisco de Miranda hasta el Centro Plaza”. Dice que estudió esas vías por las condiciones del asfalto, que aunque no son las mejores, maltratan menos el patín. El trayecto puede durar hasta 40 minutos, mientras que en bicicleta apenas 25 minutos.

“El Metro es un caos, el transporte superficial es inseguro y es difícil conseguir efectivo. Yo comencé a rodar por la ciudad desde 2010, cuando me regalaron la bicicleta y me atreví a llegar así al trabajo. Siento que despierto el interés en otros en querer usar la bicicleta y patines como medio de transporte”, expresa.

Ocaña considera que, en medio de la crisis de transporte público, existe la impresión de que puede retomarse el uso de la bicicleta. Recuerda experiencias como el Plan Caracas a Pedal de la Alcaldía Metropolitana y el ciclo canal que operó en 2004 en Chacao. “Física y geográficamente se puede hacer en los tres municipios del valle principal. Todos los días veo, por lo menos, una persona andando en bicicleta y por distintos lugares de la ciudad”, dice.

La arquitecta Sofía Paz, ciclista urbana y miembro del Centro de Estudios de Movilidad en Bicicleta Ruédala Simón, de la USB, afirma que la infraestructura para asegurar las bicicletas es nula en la ciudad: “Existe una necesidad muy básica de contar con biciestacionamientos, elementos para amarrarlas. En las mismas ciclovías no hay biciestacionamientos”.

Sugiere que para lograr un proyecto sostenible se requiere de un esfuerzo con el fin de coordinar y materializar ese tipo de propósitos de planificación urbana. “Tener un ente que reúna las apreciaciones de instituciones de planificación urbana, hacer mesas de trabajo y ver cómo podemos proyectarnos. Manejar una data y elaborar planes. No se pueden ver los municipios por separado, sino como un área metropolitana, para poder tener una infraestructura que permita moverse entre todos ellos”.

En 2015 la USB presentó al Metro de Caracas un proyecto de sistema público de alquiler de bicicletas para que se hiciera en conjunto con el organismo de transporte. “La idea era que hubiese biciestaciones asociadas al Metro. Fue un anteproyecto que buscaba que la universidad los asesora para la implantación del sistema. Eso se quedó ahí”, explica Paz.

En la actualidad, cerca de cinco organizaciones promotoras del uso de la bicicleta se reúnen en mesas de trabajo bajo el lema “¡Hagamos Caracas pedaleable!”. Esos encuentros parten de la urgencia de generar propuestas viables y sustentables ante la problemática de movilidad.

EL DATO

En febrero de 2012 el presidente Hugo Chávez aseguró que a través de la Fábrica Nacional de Bicicletas Atómicas se producían al mes 1.000 unidades. Recordó que en 2008 esa empresa, tras un acuerdo Irán-Venezuela, fabricó en su primer año 100.000 unidades con la finalidad de incrementar el uso de ese vehículo en el país. “No tenemos información sobre qué pasó con ese convenio. Hoy no hay cifras de cuántas se fabricaron y con qué componentes. No las vimos en ningún anaquel”, expresa Yesenia Sumoza, miembro de Bicicultura Venezuela.


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