Miles de miembros de la comunidad Lgbti de Venezuela aprovecharon este domingo la marcha en Caracas por el Orgullo Gay para reclamar, nuevamente, la promulgación del matrimonio igualitario, una petición que aún no ha sido aprobada en el país.

Una importante avenida de Caracas se inundó de color, disfraces y música, pero también de consignas reivindicativas y hasta políticas, que no escasean nunca en medio de la aguda crisis que atraviesa Venezuela.

«Luchemos por el matrimonio igualitario, por ser iguales ante la ley», dijo una animadora durante la marcha, lo que generó los gritos de aprobación de los participantes, que miran con envidia cómo sus pares de Brasil y Colombia tienen derecho de casarse.

En Venezuela, los transexuales tampoco pueden cambiarse el nombre, lo que les obliga a vivir con una identidad legal que no les corresponde y les deja, en muchos casos, al margen del amparo de la ley.

La manifestación de este domingo en Caracas estuvo integrada mayoritariamente por jóvenes, pero también por hombres, mujeres y transexuales que superaban los 50 años de edad sin que les abandonaran la energía y la alegría.

Esta comunidad ha visto cómo las iniciativas de varios grupos para alcanzar el matrimonio igualitario han chocado con retrasos y negativas en el Parlamento y, más recientemente, con la crisis del país, que obliga a casi todos los sectores a dedicar sus esfuerzos a solucionar antes los problemas más agudos.

«Ya no hago caso a eso, pero igual marcho para reivindicar mis derechos como ser humano», dijo a Efe el artista Willy Monteverde al recordar con un dejo de decepción que en el país los homosexuales no pueden casarse.

«De todas formas, hoy hay muchas cosas que celebrar», añadió el hombre de 50 años de edad, al puntualizar que, ahora, la policía custodia la manifestación y no la dispersa, como, aseveró, llegó a ocurrir en el pasado.

«Entonces, no todo es malo», señaló Monteverde, que acudió a la marcha disfrazado de muñeca, como dijo que quiere ser visto siempre.

La manifestación culminó con un concierto en las cercanías de la Universidad Central de Venezuela, las más importante de la nación, y eje de muchas de las luchas civiles del país.

Allí, el concejal por el municipio Gómez del estado Nueva Esparta, Nico Quijada, aseguró a Efe que el proyecto para legalizar las uniones homosexuales avanza de forma positiva, aunque lentamente.

«Las propuestas de igualdad están en estudio», dijo sonriente junto a varios colaboradores que se trasladaron desde la isla de Margarita, a cientos de kilómetros de Caracas, pese a que, según él, en el país se desarrollaron este domingo 20 manifestaciones aproximadamente.

Consideró, con todo, que la petición debía quedar, esta jornada, en un segundo plano, porque lo más importante era defender «el derecho a la participación y a la sexodiversidad».

«Yo me acepto tal cual como soy, eso es lo importante», dijo este seguidor de Nicolás Maduro, y uno de los pocos políticos abiertamente homosexual del país.

Aunque en Venezuela los homosexuales carecen de derechos, están «protegidos» por el viceministerio de igualdad de género y de no discriminación de la cartera para la Mujer, como recordó Quijada a Efe.

En ese sentido, el político dijo que Maduro, a quien la oposición acusa de homofóbico, acoge a la comunidad Lgbti.

«Él nos ha dado la oportunidad a través del Ministerio de la Mujer; jamás (pueden decir que) Maduro es homofóbico», insistió.

Al final del este colorido día, los homosexuales venezolanos continuarán careciendo de derechos tan simples como el del matrimonio civil, que lesiona a parejas que no pueden siquiera heredar bienes comunes. Pero los continuos retrasos y negativas solo generarán más insistencia en las peticiones de igualdad, como dejó  muy en claro esta comunidad.


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