Redes internacionales de explotación sexual y trata de blancas en los estados que limitan con Colombia se dedican a captar a niñas venezolanas a partir de los 12 años de edad con el fin de llevárselas por vía terrestre hacia otros países del continente, según el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas.

“Durante estos tres meses reportamos desplazamientos de entrada y salida por tierra de niñas entre los 12 y los 14 años, en toda el área limítrofe con Colombia”, señaló un funcionario de ese cuerpo de investigación de forma extraoficial y que se negó a suministrar cifras, pero afirmó que las redes panameñas de comercio sexual son la principal amenaza para las adolescentes en estado de pobreza que acceden a ser explotadas para sobrevivir. “Desde junio aumentó la producción de pornografía infantil que es vendida en el exterior”, indicó.

Se calcula que 45.000 niños, niñas y adolescentes en Venezuela practicaban la prostitución infantil en 2015, de acuerdo con el más reciente estudio de la Asociación de Mujeres por el Bienestar y la Atención Recíproca, Ambar, que se dedica a estudiar el tema, sobre el cual el Estado venezolano guarda silencio. Se cree que la cifra aumentó en 2016.

Fernando Pereira, directivo de Cecodap, ratificó que no existen cifras oficiales sobre la práctica que viola los derechos humanos de los niños y que evidencia el estado de indefensión de este rango de población.

En Barquisimeto, niñas y adolescentes deambulan por las afueras de bares y licorerías hasta altas horas de la noche. El olor a alcohol y el consumo de estupefacientes impregna el ambiente en el que desenvuelven para ejercer el oficio.

La madre Josefina Hernández, de la congregación internacional Hermanas Oblatas, que tiene uno de sus centros en Lara, dijo que la grave situación económica lleva a niñas y jóvenes a prostituirse por los alrededores del terminal para comprar alimentos y poder sobrevivir. Aunque un número de ellas lo hace de manera independiente al atraer clientes en la calle 21 y 38, otras son explotadas en bares y centros nocturnos. “La mayoría de hoteles da acogida a estas menores y sus clientes cuando ofrecen el servicio. Sin importar la edad”, señaló.

Hernández puntualizó que, además del hambre, los conflictos en el ambiente familiar son un factor de riesgo para las niñas y adolescentes que se inmiscuyen en las redes de la prostitución: “Muchas sufrieron maltrato físico en el hogar o fueron abusadas sexualmente por personas de su entorno cercano. A otras la botaron de la casa”.

Agregó que pese a que la congregación no realiza proyectos para ayudar a las afectadas desde hace dos años debido a la falta de recursos, continúan recibiendo a quienes voluntariamente deciden buscar ayuda: “A diario llegan entre cinco y doce jóvenes pidiendo asesoría psicológica”.

Gerardo Pastrán, presidente del Proyecto Juvenil Misionero, Projumi, contó que niñas a partir de los 12 años de edad salen a las calles supuestamente a pedir dinero cuando en realidad se van con hombres a cambio de retribución económica.

Agregó que la trata de blancas se incrementó con el uso de las redes sociales con las que los proxenetas atraen jovencitas con propuestas engañosas para explotarlas sexualmente o hacer pornografía. Indicó que de diez jóvenes que llegan a la institución por prostitución, alcoholismo y consumo de estupefacientes, solo dos logran superarse y reinsertarse socialmente.

Rutas de la amargura

La madre Josefina Hernández indicó que al menos 2.000 adolescentes menores de 17 años emigraron desde Barquisimeto a Colombia para prostituirse en Bucaramanga, Santander, Cúcuta y Medellín. Esta práctica de venezolanas en Cúcuta incluye a mujeres muy jóvenes, de 20 años de edad en promedio. “No es que quieran prostituirse, pero los mismos fallos económicos del gobierno venezolano las lleva a eso”, dijo Carlos Chacón, concejal del municipio fronterizo Bolívar (San Antonio del Táchira).

Gerardo Pastrán, de Projumi, señaló que Santo Domingo, Curacao, las Antillas y Haití son los lugares donde hay más cantidad de menores vinculados a las redes de comercio sexual. Señaló que a Projumi llegan 18 adolescentes, aproximadamente, en busca de orientación psicológica para dejar la prostitución;16 vuelven a las calles al poco tiempo.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!