Un exitoso caso de reincorporación y reconciliación se vive en la vereda San José de León, ubicada en Mutatá (Antioquia). Allí, excombatientes de las Farc se han puesto en la tarea de ayudar a la comunidad a mejorar sus condiciones de vida, por medio de obras en las vías de acceso, viviendas y otros servicios, pero también con el impulso de un proyecto turístico y actividades productivas que les permitan salir adelante a todos. 

Por estos días, los hombres que en el pasado cargaban armas, se echan a la espalda bultos de cemento y agarran picas y palas para la construcción de una vía veredal que fue posible gracias a los proyectos de placa huella que adelantan algunos municipios con apoyo de la gobernación de Antioquia. 

La administración municipal trabaja conjuntamente con al menos 40 excombatientes en esta obra, pues ellos pusieron su disposición para trabajar en beneficio de los habitantes, según Jairo Ortiz, alcalde de Mutatá.

La vereda San José de León es un área de reincorporación supervisada por la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, que constata los procesos de reintegración de los excombatientes y las garantías de seguridad en el territorio.

«Sentimos que estamos cumpliendo con nuestra palabra, lo que nos ha gustado es ayudarle a la gente, a estas comunidades olvidadas y con algo tan importante como la construcción de la carretera. También, a través de nosotros, EPM pudo entrar a hacer labores allá. Estamos cumpliendo una tarea que beneficia a los exguerrilleros, pero también a toda una comunidad que ha estado olvidada por años», manifestó Rubén Cano, uno de los líderes del grupo de excombatientes en reincorporación en la vereda.

Actualmente, en San José de León viven cerca de 120 personas: 55 hombres y 28 mujeres, además de 31 menores de edad. La mitad son excombatientes

Las personas que hoy están cumpliendo estas labores viven en la vereda con sus familias, algunos de sus hijos han nacido hace poco en hospitales de municipios de la región y están en busca de consolidar una vida lejos de la guerra que vivieron por tantos años. 

Por ello, los excombatientes también buscan desarrollar otras actividades que den oportunidades de subsistencia en la comunidad, como un proyecto turístico, la comercialización de pescado y huevos, una tienda comunitaria, un vivero y, próximamente, la construcción de un acueducto.

«Ellos eran de una zona de concentración de Córdoba y se trasladaron para Mutatá. Cuando llegaron, había temor en la comunidad, nosotros como alcaldía fuimos allá con el Ejército y desde el principio se mostraron dispuestos a trabajar por el bien de todos, por eso estamos trabajando juntos. La relación con la población es excelente y la gente se ha beneficiado mucho con la presencia de ellos allá», expresó el mandatario local. 


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