Brasil y Perú, protagonistas de la final de la Copa América 2019 el domingo en el estadio Maracaná de Río de Janeiro, tienen una anécdota común: alzaron por última vez el trofeo de la cita continental en Venezuela.

El escape de Sotil

El 28 de octubre de 1975, Perú venció 1-0 a Colombia en el Estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela, en Caracas, para ganar su segunda Copa América. Era la época dorada de futbolistas como Teófilo Cubillas, Hugo Sotil, Juan Pablo Oblitas y Héctor Chumpitaz.

«El Cholo» Sotil, que jugaba en el Barcelona del ídolo holandés Johan Cruyff, marcó en el minuto 25 el único gol del compromiso frente a 30.000 espectadores.

Años después Sotil confesó a la prensa peruana que se había escapado de la concentración del Barça, sin permiso, para viajar a escondidas a Caracas. 

«¿Aló, mamita? (…). Te dedico un gol a ti y a mi querido Perú», le dijo a su madre, al contarle de su huida en una llamada telefónica, antes del compromiso.

Cumplió con el gol prometido. Un remate de media distancia de Cubillas pegó en un defensa y Sotil aprovechó el rebote para patear desde el punto de penalti y batir al arquero Pedro Zape, y dio así el triunfo al equipo entrenado por Marcos Calderón.

La Copa América se jugó en esa edición y las dos siguientes (1979 y 1983) sin sede fija, con cruces a ida y vuelta con intercambio de localía.

Colombia ganó 1-0 en El Campín el 16 de octubre y Perú hizo lo propio en el Estadio Nacional de Lima, 2-0, seis días después. No había ruptura de empate por goles y hubo que jugar un tercer partido en Caracas.

El general Dunga 

El 15 de julio de 2007, en el estadio Pachencho Romero de Maracaibo, Brasil goleó 3-0 a Argentina para conquistar su octavo título de la Copa América.

No era un plantel mágico; tenía como principal virtud la férrea disciplina, prácticamente militar, del seleccionador de turno: Carlos Caetano Bledorn Verri, «Dunga». Jugadores como Ronaldinho y Kaká renunciaron a participar en el evento, y dejaron a Robinho y Julio Baptista como referentes.

Robinho fue el mejor jugador del torneo y el máximo anotador, con seis goles.

De aquella plantilla, un único sobreviviente estará en la final del domingo: Dani Alves. «Nos entregamos al máximo», celebró entonces el lateral derecho.

Goles de «la Bestia» Baptista en el minuto 4, Roberto Ayala en propia puerta en el 40 y Dani Alves en el 69 definieron a favor de los pentacampeones mundiales frente a 40.000 hinchas.

Así, Brasil aplastó a una Argentina repleta de estrellas que, dirigida por Alfio Basile, contaba –entre otras figuras– con Juan Román Riquelme, Juan Sebastián Verón, Javier Zanetti, Carlos Tévez y un joven Lionel Messi. Hernán Crespo pertenecía a la nómina albiceleste, pero se perdió la final.

En la anterior final de la Copa América, Perú 2004, los brasileños habían superado 4-2 a los argentinos en tanda de disparos desde el punto penal luego de un empate 2-2.


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