Una casita rosada y unas cajas de muñecas, que sirven de vestidores, conforman la escenografía de la obra Graves lesiones en el patio de juegos. La intención es precisamente esa: configurar un escenario en el que la inocencia de la infancia se mantenga durante toda la historia.

Los protagonistas, Doug y Kayleen, se conocen en la enfermería del colegio. Los hospitales, las sillas de ruedas, los bastones, el parche, las suturas… son parte de la vida de estos dos niños que de inmediato conectan, quizás por condición de débiles, y se reencuentran una y otra vez, siempre bajo una excusa médica.

La pieza fue escrita por el dramaturgo estadounidense Rajiv Joseph en 2011 y forma parte de la tercera edición del Festival de Teatro Contemporáneo Estadounidense.

“Esta es una historia de amor inconcluso. La obra se disfraza bajo un traje juguetón, algo muy típico del teatro estadounidense, pero lo que transmite es bastante fuerte”, comenta su director, Carlos Fabián Medina.

El director tiene 26 años de edad y es el más joven de lo que participa en el festival. Se formó en el Centro de Creación Artística TET y en 2017 ganó el tercer Festival de Jóvenes Directores del Trasnocho Cultural. Esta pieza significó un reto para él porque tuvo bajo su tutela a dos grandes actores: Ricardo Nortier y Carolina Torres.

“Trabajar con ellos fue bastante fructífero. Abordan los personajes desde perspectivas diferentes, pero igual de profundas. El montaje nunca se vuelve superficial”, añade Medina.

En el imaginario estadounidense está la figura del desprotegido: esa persona que sufre de constantes burlas en el colegio porque se comporta de manera extraña. “Un bicho raro”, “retrasado” e “idiota” son algunos de los epítetos que le atribuyen a Doug, personaje que se asemeja al famoso Forrest Gump.

“La sociedad te empuja hacia el éxito, pero obviamente hay gente que no cumple con las expectativas. Esos dos niños no encajan en su entorno y buscan la manera de llamar la atención. Él se trepa a los techos de los casas y termina con la cara cortada o explota cientos de fuegos artificiales y pierde un ojo. Es una forma terrible de figurar en un mundo que insiste en borrarte”, reflexiona Ricardo Nortier sobre su personaje.

Una racha de mala suerte persigue tanto a Doug como a Kayleen. Ella sufre de problemas estomacales y toda muestra de amor le da ganas de vomitar, y él busca la manera de llamar su atención pero no es correspondido. Sus problemas son psicológicos, no precisamente físicos.

“Darle vida a un personaje así implicó mucha delicadeza porque debía hallar la manera de trasmitir esa debilidad, pero no hacerlo de forma tan marcada porque corro el riesgo de quedarme encerrado en los estereotipos. Me concentré en mantener ese niño interno que todo adulto tiene. A pesar de que Doug crece, sigue siendo ingenuo e infantil”, explica Nortier.

Carolina Torres considera que su personaje era el “más normal” en apariencia, aunque por dentro carga con años de maltrato infantil; por ello se autoflagela desde muy joven. “Es una mujer sola que no sabe cómo relacionarse porque el amor le da asco. El dolor es el nexo entre ambos protagonistas”, precisa la actriz.

Graves lesiones en el patio de juegos

La Caja de Fósforos

Concha Acústica de Bello Monte

Viernes, 7:00 pm

Sábado y domingo, 6:00 pm

Entrada: BsS 11


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