Ayer en la mañana corrió por las redes sociales y luego por las agencias de prensa internacionales una noticia que, en verdad, no es tan noticia como lo quiso hacer ver un conocido asalta cantina en los cuarteles de la cuarta república. ¿Cómo puede ser noticia que el capitán Diosdado Cabello le haya ganado una demanda a El Nacional? Noticia de primera plana sería que un juez valiente y corajudo le diera la razón a El Nacional en contra del señor Cabello y su entorno.

Pero, ¡ay!, esa no existe, por lo menos en este gobierno en el que el Poder Judicial ha sido no solo ofendido de todas las formas y maneras habidas y por haber, sino que, como si fuera poco, se le mantiene entre la espada y la pared inhibiendo su misión de impartir justicia. No otra cosa significa designar a los jueces con el carácter de “provisorio”, es decir, en preaviso permanente.

Así que el señor Cabello no puede sentirse orgulloso de “ganarle” esta demanda a El Nacional porque, desde el principio, eso estaba previsto y sentenciado por la misma naturaleza del régimen y su aparato judicial. En caso contrario, si ello hubiera sido posible, pues la libertad de expresión se hubiera anotado un triunfo que de ninguna manera le conviene al reelecto señor Maduro.

Y lo cierto es que la situación del actual gobierno no está para “autogoles” luego del descalabro electoral y popular que, desde los tiempos de Chávez, se niega tercamente a entregarles 10 millones de votos a los mandones rojo rojitos. Y no se molesten por lo de rojo rojitos porque esa expresión la puso de moda Rafael Ramírez, ex presidente de Pdvsa, quien por cierto puede demandar y con toda la razón a sus perseguidores de hoy que, por lo demás, fueron públicamente sus cómplices ya sea por omisión o por actuar en comandita. No olvidemos que estamos hablando del Tesoro Público, que son (o lo fueron) palabras mayores.

Pero hay grandes misterios que merecen ser aclarados en este caso. ¿Por qué el capitán Cabello pierde siempre sus demandas en los tribunales fuera de Venezuela? Dos grandes y prestigiosos diarios de Estados Unidos (The Wall Street Journal y The New York Times) y uno de Europa (el ABC, de Madrid) han sido acosados con demandas de la misma naturaleza de la formulada contra El Nacional.

Resulta en extremo extraño que, sin que hubiera un vínculo previo o público entre las tres salas judiciales de América y Europa, la sentencia final fuera favorable a los medios de comunicación. ¿Por qué en Venezuela el resultado es diferente? ¿O lo que es diferente es la manera de entender y respetar el derecho a la libre expresión?

Y en los tres casos contra medios internacionales el capitán Cabello salió derrotado y, de paso, endeudado porque imaginamos que los prestigiosos bufetes contratados no actuaron movidos por la caridad cristiana. ¿De dónde salió tanto dinero en dólares y euros?

Como gente responsable, como empresa que respeta la ley y como honrados ciudadanos, acataremos lo que disponga la sentencia. Pero no renunciaremos a nuestros derechos y haremos uso de los recursos legales que nos otorga la Constitución y las leyes de la república. No vamos a rendirnos.


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