En junio de 2017, en medio de un aguacero, siete personas en un camión entraron a las 6:00 pm en la finca de un productor agropecuario en Altagracia, estado Guárico. Amarraron al empleado que se encontraba en la hacienda, lo metieron en una habitación, lo amordazaron, lo golpearon y le quitaron las botas.

Destrozaron las puertas y los candados. Robaron todas las herramientas y equipos: llaves de boca y de estría, martillos, máquinas de soldar, sopletes, una romana electrónica, 600 metros de cable de cobre grueso, 20 rollos de alambre de púa, pulidoras, una escopeta y un revólver. Después de cocinar se llevaron utensilios  como cuchillos y una licuadora. Todo lo metieron en el camión y se fueron a las 3:00 am. “Estaban esperando que yo saliera para entrar. Dejaron la finca prácticamente pelada. Saquearon todo”, recordó el ganadero.

Los actos vandálicos en los campos ocurren cada vez con más frecuencia, lo cual afecta la producción y la seguridad de los dueños de fincas y de empleados. “Me da impotencia cuando recuerdo todo eso. Da miedo porque el productor está en una situación de riesgo todos los días por la delincuencia. No tienes protección de ningún tipo, ni siquiera del gobierno”, manifestó.

Contó que un vecino, productor agropecuario también, contrató a un vaquero para que recogiera las vacas y las metiera en un corral todas las tardes con el fin de protegerlas. Sin embargo, unas personas irrumpieron hace un mes con un camión 350, amarraron al empleado, mataron los animales y se llevaron la carne.

Dijo que el viernes otro productor fue víctima de la inseguridad. En la madrugada mataron tres toros en una hacienda del municipio José Tadeo Monagas, estado Guárico.

La producción de los cañicultores también se ha visto severamente afectada por los actos vandálicos. Carabobo es uno de los estados con más robos de caña de azúcar. Eugenio Rodríguez, presidente de la Asociación de Cañicultores de esa entidad, señaló que les roban diariamente entre 2.000 y 3.000 toneladas de caña de azúcar en varias fincas. “Eso se ha reportado desde 2016 y se ha ido incrementando. No nos basta con el apoyo de las autoridades”, indicó.

Relató que personas van en masa a las fincas, devoran un tablón de caña de azúcar, lo cortan y se lo llevan. “Muchos son familias que tienen necesidad de comer, pero otro es el vandalismo, que agarra para vender. Nosotros los productores hemos hablado con esos muchachos y les hemos ofrecido trabajo, que no nos dañen los cultivos, pero no les importa”, señaló.

Añadió que hay fincas de pequeños productores que fueron desvalijadas y que ahora no tienen qué cosechar.

En Sucre, lo que ha ocurrido en el municipio Montes son invasiones. Ángel Manuel Rivas, presidente de la Asociación de Cañicultores de los municipios Montes, Mejía y Bolívar, aseguró que personas han invadido el terreno, cortan la caña, la botan, limpian y construyen un rancho. “No tenemos seguridad personal ni jurídica. Vamos a cualquier institución para que nos defienda y paren las invasiones, pero no hemos recibido apoya hasta ahora”, expresó.

Irrespeto. Desde hace más de una década el sector primario de la economía se ha visto afectado no solo por la fuerte restricción en la entrega de insumos por Agropatria, sino también por la escasez de repuestos para la maquinaria y por la inseguridad.

En los últimos días productores agropecuarios han compartido a través de las redes sociales varias imágenes de animales descuartizados sobre el pasto de fincas en varios estados del país que han sido atacadas por grupos organizados.

“Bandas de entre 15 y 30 hombres llegan a las fincas, les dicen a los productores que ellos tienen hambre y les exigen cierta cantidad de reses. Eso no es más que una extorsión, una vulgar extorsión”, afirmó Carlos Albornoz, presidente de la Federación Nacional de Ganaderos.

El gremio ha rechazado categóricamente los atropellos que sufren los productores y ha insistido en que ese tipo de actos no solo perjudican a los dueños de los animales, sino también a los consumidores, que verán mermada la oferta de carne.

Albornoz aseguró que los decretos regionales que se publicaron recientemente y que luego quedaron sin efecto, en los que se impedía a los productores movilizar el ganado fuera de sus estados y se les exigía vender hasta 50% de su producción al gobierno, lo que hacen es incentivar el irrespeto a los productores. “Estos decretos del Estado aúpan este tipo de acciones. Este es un tema gravísimo”.

El directivo rechazó que las autoridades pongan barreras a los productores nacionales y no le presten atención a la gran cantidad de ganado que se saca todos los años por las fronteras. “Se calcula que más de 200.000 reses se fueron por contrabando de extracción hacia Colombia el año pasado. Ahí no hay freno por parte de las autoridades”. 

“Lo que estamos viviendo es muy duro. Afecta mucho emocionalmente. El campo no es solo un negocio, es un modo de vida. Aunque quisiéramos, no podemos desligarnos fácilmente”, expresó.  


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