Una de las más importantes zonas industriales de Venezuela, conocida por haber tenido empresas de primera línea que abastecían gran parte del país, ha colapsado en los últimos años. “El parque industrial de Carabobo pasó de pujante a desactualizado y con trabajadores desmotivados. No han podido actualizar sus equipos”, aseguró Adán Celis Michelena, presidente de la Cámara de Industriales de Carabobo.

Unas industrias iniciaron operaciones después del 15 de enero y otras luego del 30 debido a la incertidumbre que origina no tener acceso a divisas de manera transparente y por los controles de precios, que provocan una regresión en el aparato productivo.

La pérdida de la capacidad de compra del venezolano, resultado de la hiperinflación, para comprar los artículos que elaboran las industrias y los problemas generados por el control cambiario, para adquirir materia prima, han perjudicado al parque industrial, refirió Celis Michelena.

Dijo que algunas empresas fueron adjudicadas en la decimoquinta subasta del Dicom, realizada el 31 de agosto pasado, pero al no ser liquidadas las divisas, el reintegro de los bolívares se hizo cuatro meses después.

Señaló que algunas compañías han mandado a los trabajadores a sus casas por falta de la materia prima. En otras, que siguen manteniéndose, los empleados han dejado de percibir los bonos de producción o el pago por sobretiempo. El caso más extremo, desempleo por el cierre de una empresa.

Aproximadamente 4.000 trabajadores perdieron sus puestos después del cese de operaciones de General Motors en 2017, afirmó una fuente vinculada a la cámara, que prefirió no identificarse. “Hay empresas que tienen tienes líneas de producción paradas y algunas están trabajando solo tres días a la semana”.

La ensambladora Ford está parada desde octubre pasado, indicó un sindicalista con casi 11 años en la empresa. En 2017 solo produjeron 401 unidades cuando la capacidad es de 35.000 unidades al año.

En 2014 había 2.800 trabajadores y ahora quedan 1.200. El año pasado se fueron 650 trabajadores debido a unos paquetes de separación que la empresa ha dado por 10 millones de bolívares cada uno. Este año se han ido 270 empleados. “Tenemos más de 900 trabajadores en la calle sin estar dentro de la planta, pero se le sigue pagando el salario mínimo”, agregó.

Empleados de la compañía participaron el martes 20 de febrero en una movilización con trabajadores de otras industrias. “Nuestros objetivos son la reactivación del aparato productivo y un incremento salarial”, expresó un sindicalista de Inlaca, que pidió no citar su nombre. Contó que 4.500 trabajadores participaron en la protesta pacífica, de los cuales 100 fueron detenidos en medio de un escenario de represión efectuado por guardias nacionales.

Por falta de repuestos y de materia prima, solo operan 4 de las 19 máquinas que posee la planta, la cual tiene la capacidad de producir 10.500.000 litros mensuales de bebidas lácteas y jugos. “Pero ahora solo se producen entre 2,5 y 3 millones de litros al mes”, dijo.

Celis precisó que en los últimos 10 años el parque industrial pasó de tener un poco más de 13.000 empresas a cerrar 2017 con 3.200, las cuales operaron entre 25% y 30% de su capacidad hasta diciembre. Advirtió que si no hay cambios en las políticas económicas, este año se pueden perder 1.700 empresas.

“En Carabobo se llegó a tener 6 ensambladoras y solo quedan 2. También tuvimos 4 laboratorios farmacéuticos importantes y ahora hay 2, pero trabajando a 25% de su capacidad. Además, todas las caucheras están paradas por falta de materia prima, cuando antes 90% de los cauchos se fabricaban en el parque de Carabobo”, sostuvo.


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