Panaderías tomadas por el gobierno en la avenida Baralt, en el centro de Caracas, llevan cuatro días sin recibir harina de trigo. Empleados de El Guanábano y Mansion’s Bakery, llamada Minka desde que fue intervenida el 17 de marzo, afirman que no han recibido insumos desde la semana pasada. 

Los miembros del CLAP Altagracia, no obstante, continúan sacando de Minka bolsas de pan canilla que trasladan en carros particulares. El comercio, además, sigue teniendo uso político. «Esto es socialismo: le llevamos el pan hasta su comunidad. No queremos que el barrio baje a hacer cola, ese es el capitalismo», dijo un simpatizante del gobierno a través de un micrófono conectado a dos cornetas. 

Además, vociferó sobre el costo de los productos antes y después de la toma de la panadería, y luego leyó algunos fragmentos de la Ley de Precios Justos. 

El interior del local ya no cuenta con la bandera de Venezuela y la imagen de Simón Bolívar colocada luego de la intervención. Ahora tiene calcomanías con los ojos del presidente fallecido Hugo Chávez. En el exterior, funcionarios de la GNB vigilan el recinto. 

En El Guanábano, otra panadería ubicada en la avenida Baralt, no hay pan canilla ni campesino, ni francés. Tampoco afluencia de clientes. Lo único que venden es pan pita: cinco unidades por 3.200 o 3.800 bolívares, dependiendo de la marca. No obstante, la panadería ofrece cachitos y dulces. «Esto se saca con lo poquito que apartamos para hacer otras cosas», expresó un empleado del local. 

El recinto está custodiado por miembros de la PNB. 

Frente al liceo Fermín Toro, decenas de personas esperan junto al establecimiento Inversiones Rol 2025. A pesar del letrero que posee el local, en el que informa que está prohibido hacer cola, el grupo de personas forma una fila. Están ofreciendo pan: bolsas de 5 unidades de tipo francés a 600 bolívares. «Aquí siempre hay», mencionó un vecino sobre el comercio que se encuentra a escasos metros de Miraflores. 

La escasez de harina de trigo contrasta con lo señalado por el superintendente de Precios Justos, William Contreras, quien afirmó el lunes en VTV que los venezolanos han sido beneficiados de manera considerable por la implementación del Plan 700. 

Rechazan Plan 700

Los trabajadores de la industria panificadora rechazan las medidas gubernamentales de racionamiento de la harina de trigo a los establecimientos, lo cual pone en riesgo más de 25.000 empleos del sector. «El Plan 700 ha profundizado aún más el desabastecimiento de pan en todo el país», alertó Juan Crespo, presidente de la Federación Nacional de Trabajadores de la Harina. 

El sindicalista indicó que los trabajadores han informado a Fetraharina que los dueños de las panaderías están dispuestos a cerrar temporalmente sus negocios hasta que la situación mejore, para lo cual proponen al personal enviarlo a su casa pagándoles mientras tanto un adelanto de sus prestaciones sociales o el salario básico. 

Crespo explicó que la Federación ha manifestado hasta el cansancio que los establecimientos de Caracas y el interior requieren 30.000 de 90.000 toneladas métricas de harina de trigo panadero, respectivamente, para satisfacer la demanda de pan por parte de los consumidores. Sin embargo, agregó, que el problema empieza desde los molinos con una asignación de la Superintendencia Nacional de Gestión Agroalimentaria, Sunagro, de 6.500 toneladas que apenas alcanzan para cubrir dos semanas de demanda del sector panificador. 

La provisión a las panaderías no está mejor. Un establecimiento requiere mensualmente 150 sacos de harina, con 45 kilos cada uno, pero recibe entre 5 y 15 sacos, lo cual es insuficiente para elaborar el volumen requerido de pan canilla y francés que cubra con las necesidades de los consumidores. 

Crespo agregó que el gobierno ha descuidado a las panificadoras como Bimbo, empresa que mandó a sus casas a 500 trabajadores, pagándoles el sueldo básico, porque no tiene harina de trigo para mantener su producción. 


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