La meta de proporcionar 3 millones de viviendas a los venezolanos a través de la Gran Misión Vivienda se quedó a mitad de camino. Luego del pico de edificar 100.000 unidades anuales en 2011, el plan se desaceleró hasta llegar a menos de 20,000 unidades en lo que va de gestión del presidente Nicolás Maduro, según cifras de la Federación Nacional de Trabajadores de la Construcción.

William Lizardo, presidente de Fetraconstrucción, aseguró que las inauguraciones de apartamentos y casas de la Misión Vivienda se limitan a actos proselitistas y electorales, como ocurrió el fin de semana en Nueva Esparta, donde el vicepresidente Tareck el Aissami entregó 1.584 unidades.

El sindicalista destacó que el indicador que evidencia la desaceleración en la edificación de unidades en la Misión Vivienda es la alta tasa de desempleo en el sector público de la construcción, que está en 70%, debido a que los desarrollos se realizan parcialmente.

Lizardo agregó que la recesión en la construcción privada es peor –con un índice de desocupación de 95%–, dado que son muy pocos los proyectos en ejecución.

En condiciones normales, la capacidad empleadora de la industria de la construcción es de 1,3 millones de trabajadores, repartidos mitad y mitad entre el sector público y privado. “Hoy, la construcción ocupa apenas 70.000 personas porque la crisis económica afecta fuertemente la actividad”, afirmó el dirigente sindical.

Sobre el número total de viviendas construidas dentro del programa  del gobierno, Lizardo insistió en que no pasa de 1,2 millones de unidades, aunque Maduro asegura que superan los 2 millones.

En su visita electoral a Táchira, el mandatario anunció la aprobación de recursos para construir y entregar 80.000 nuevas viviendas mediante el Plan de la Patria 2025 a través del carnet de la patria, por lo que instó a la población a votar por su reelección el próximo domingo. Prometió que terminarán en tiempo récord el urbanismo La Llovizna, que no ha sido culminado, y 80 petrocasas en el estado Táchira.

“Desde hace años permanecen montadas, en los terrenos donde están los desarrollos residenciales, las estructuras físicas de metal de edificios y casas a la espera del momento en que el gobierno decida escoger un número limitado de viviendas para ponerles techo, paredes de bloques o pisos, y proceder a la entrega a los seguidores oficialistas con toda la publicidad del mundo”, aseveró el sindicalista.

Otro uso electoral señalado por Lizardo es abultar los montos de la inversión dirigida a las obras, para hacerles creer a la gente que el gobierno destina muchos recursos a la construcción de nuevas casas. “Para ello, incorporan en el costo final de cada vivienda entregada el de las estructuras montadas hace años, pero con el precio actualizado a la inflación”, dijo.

El representante de Fetraconstrucción refirió que los desarrollos asignados a Bielorrusia, China e Irán están prácticamente parados. “Esos constructores permanecen en Venezuela para que el gobierno les pague la deuda. Además tienen en el país mucha maquinaria ociosa y resulta muy caro y engorroso devolverla a sus naciones de origen”.


Trabajadores emigran

Los bajos salarios y el desempleo conducen a que muchos trabajadores emigren con condiciones laborales injustas, alertó el presidente de Fetraconstrucción, William Lizardo. “Hay una desbandada de nuestra mano de obra calificada a los proyectos urbanísticos y turísticos en el Caribe, Colombia y Brasil”, informó.

Explicó que los trabajadores de los estados orientales y Bolívar se van a Roraima, Brasil, mientras que los de la Región Capital, Vargas, estados centrales, Falcón y Zulia van a las islas del Caribe. La gran actividad en Barranquilla, Cartagena y Medellín (Colombia) capta a los obreros del Zulia y los Andes.

Lizardo señaló que los venezolanos ganan mucho menos y laboran más horas que sus iguales de los otros países. Ante esta situación, se reunirán con el capítulo latinoamericano de la Federación Internacional de la Construcción en agosto próximo en Cúcuta.


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