“En mis 25 años como citricultor puedo decir que 2018 será, sin duda, el peor año para la producción de naranjas. Poco a poco merman las posibilidades para cultivarlas”, afirmó Carlos Romero, director de frutales de Fedeagro.

En 2017 los productores no lograron obtener ni la mitad de la cosecha de 2016, considerada como buena debido a que se recogieron 450 millones de kilos. Romero calcula que la de 2018 no llegará ni a 100 millones de kilos, lo que significa que solo en los 2 últimos años la producción de naranjas se redujo 70%.

Relató que en 2015 se observaban largas colas de camiones, entre 10 y 30 unidades, procedentes de campos de cítricos y que esperaban por descargar en una industria. “En este momento solo hay uno o si acaso dos porque prácticamente no hay naranjas. El año pasado una industria molió (extraer el concentrado) 30 millones de kilos y actualmente calcula que solo molerá 10 millones”, dijo.

Romero indicó que la caída de la producción se acentuó en el último año por las graves consecuencias que generó un tipo de bacteria denominada asiática, de la enfermedad Huanglongbing (HLB), o dragón amarillo, que cierra el sistema de conducción de nutrientes y mata la planta gradualmente. “En Venezuela es complicado conseguir fertilizantes para nutrir los árboles e insecticidas para matar el insecto. La enfermedad sigue avanzando”, lamentó.

Añadió que se perdieron casi todas las plantaciones de naranjas de Yumare, capital del municipio Manuel Monge en el estado Yaracuy. Detalló que de 100 productores, 80 han perdido sus cultivos en esa región. “El año pasado contábamos con 35.000 hectáreas en el país. Actualmente solo quedan 15.000 hectáreas”, precisó.

A pesar de que en la Gaceta Oficial N° 41248 del 2 de octubre de 2017, el Ministerio de Agricultura Productiva y Tierra y el Instituto Nacional de Salud Agrícola Integral anunciaron la aplicación de un “programa para detección, prevención, manejo y control” de la enfermedad, Romero aseguró que solo fueron promesas. “Seguimos sin los insumos que necesitamos. Si el gobierno no toma las acciones pertinentes, dentro de cuatro o cinco años no habrá naranjas en Venezuela. Casi todas las plantas cítricas del país están infectadas, excepto en algunos sitios solitarios y alejados como en Táchira”.

Una de las principales causas del desplome de la producción es la cada vez más exigua cantidad de insumos suministrados por la empresa estatal Agropatria. El año pasado solo recibieron 20% de los suministros y para la zafra actual, que comenzó en diciembre de 2017, fue muy limitado el acopio de fertilizantes, insecticidas y abono. “De los 800.000 sacos de fertilizantes que se necesitan en el país, este año no recibimos más de 200 empaques. Anteriormente uno iba a cualquier tienda de Agroisleña y conseguía todos los insumos. Ahora uno va a Agropatria y nos venden lo que tienen y no lo que necesitamos”.

En cuanto a otros cítricos, como limones y mandarinas, refirió que la producción de esas plantas rutáceas también se ha visto fuertemente afectada por la escasez de insumos y la enfermedad HLB. Se redujo 50% también en los 2 últimos años. “El limón tiene mucho crecimiento por lo que es más propenso a infectarse del dragón amarillo”.

La Cifra

80 de 100 productores en Yumare, estado Yaracuy, perdieron sus plantaciones por un tipo de bacteria denominada asiática de la enfermedad Huanglongbing (HLB).


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