Xi Jinping
Xi Jinping, durante su encuentro con Vladimir PutinFoto: Sputnik / Edición: Paula Andrade

Mientras los medios propagandísticos de Pedro Sánchez proclaman que el presidente español ha defendido ante Xi Jinping el plan de paz de Zelenski. Mientras anuncian que, ante Pekín, se ha mostrado muy duro contra la Rusia de Putin y ha pedido, casi asertivamente, frenar «una guerra ilegal». Mientras los órganos de propaganda blanquean al autócrata chino diciendo que «ofrece al español, hacer contribuciones a la paz para el desarrollo del mundo». Esos mismos medios callan lo evidente y es que el líder chino, Xi Jinping, «se está preparando para la guerra».

¿Cuándo ha dicho esto? En la reunión anual del parlamento chino y de su máximo órgano político consultivo celebrada en marzo. Xi tejió el tema de la preparación para la guerra a lo largo de cuatro discursos distintos, en uno de los cuales dijo a sus generales que «se atrevieran a luchar».

Su gobierno también ha anunciado con grandes titulares el aumento del 7,2 % del PIB en el presupuesto de defensa de China, así como sus planes para que el país dependa menos de las importaciones de grano extranjero.

Las leyes de la guerra

En los últimos meses, Pekín ha presentado nuevas leyes de preparación militar, nuevos refugios antiaéreos en las ciudades situadas al otro lado del estrecho, frente a Taiwán, y nuevas oficinas de «Movilización de la Defensa Nacional» en todo el país. Algo ha cambiado en Pekín que los responsables políticos y empresariales de todo el mundo no pueden permitirse ignorar.

El pasado 1 de marzo, la principal revista teórica del Partido Comunista Chino (PCCh) publicó un ensayo titulado: «Bajo la guía del pensamiento de Xi Jinping sobre el fortalecimiento del ejército, avanzaremos victoriosamente»

Este ensayo apareció bajo el seudónimo de «Jun Zheng» (un homónimo de «poder militar») que posiblemente se refiere al máximo órgano militar de China, la Comisión Militar Central. El artículo argumentaba que «hay que acelerar la modernización de la defensa nacional y del ejército», solicitando una intensificación de la Fusión Militar y Civil. La política de Xi exige que las empresas privadas y las instituciones civiles sirvan al esfuerzo de modernización militar de China.

Basándose en un discurso que Xi dirigió a los líderes militares chinos en octubre de 2022, lanza indirectas a Estados Unidos: «Frente a las guerras que nos puedan imponer, debemos hablar a los enemigos con un lenguaje que entiendan y utilizar la victoria para ganar la paz y el respeto. En la nueva era, el Ejército Popular insiste en usar la fuerza para detener la lucha».

El escrito caracteriza al Ejército Popular como bueno en la lucha y de fuerte espíritu combativo. Recuerda que «con mijo y fusiles, derrotó al ejército del Kuomintang equipado con material norteamericano»; también que derrotó «al enemigo número uno del mundo (EE. UU.) armado hasta los dientes en el campo de batalla de Corea» protagonizando una poderosa épica que conmocionó al mundo.

En diciembre, Pekín promulgó una nueva ley que permitiría al Ejército Popular de Liberación (EPL) activar más fácilmente sus fuerzas de reserva e institucionalizar un sistema de reposición de tropas de combate en caso de guerra. Tales medidas, como han señalado algunos analistas, sugieren que Xi puede haber extraído lecciones sobre movilización militar de los fracasos del presidente ruso Vladimir Putin en Ucrania.

La Asamblea Popular Nacional adoptó una decisión que otorga a la Comisión Militar Central el poder de ajustar las disposiciones legales, incluyendo «la jurisdicción, la defensa y la representación, las medidas obligatorias, la presentación de casos, la investigación, la acusación, el juicio y la ejecución de sentencias».

Nuevos centros de reclutamiento

Desde diciembre, el gobierno chino también ha abierto una serie de oficinas de Movilización de la Defensa Nacional –o centros de reclutamiento– en todo el país. Al mismo tiempo, en ciudades de la provincia de Fujian, al otro lado del estrecho de Taiwán, han empezado a construir y mejorar sus defensas.

El pasado 5 de marzo, Xi pronunció un segundo discurso en el que expuso una visión de la autosuficiencia china que iba considerablemente más lejos que cualquiera de sus anteriores debates sobre el tema, afirmando que la marcha de China hacia la modernización depende de la ruptura de la dependencia tecnológica de las economías extranjeras, es decir, Estados Unidos y otras democracias industrializadas. Xi también afirmó que quiere que China deje de depender porque China depende actualmente de las importaciones para más de un tercio de su consumo neto de alimentos.

En su tercer discurso, el 8 de marzo ante representantes del ejército (EPL) y de la policía armada, Xi declaró que China debe centrar sus esfuerzos de innovación en reforzar la defensa nacional y establecer una red de fuerzas de reserva nacionales a las que se pueda recurrir en tiempos de guerra, invocando como inspiración una campaña de 1943, de los comunistas, para militarizar la sociedad.

En su cuarto discurso, el 13 de marzo, que fue el primero de su tercer mandato, Xi anunció que la «esencia» de su gran campaña de rejuvenecimiento era «la unificación de la patria» para volver a hacer grande a China.

Xi actúa en previsión de una nueva fase de «lucha» ideológica y geoestratégica, según sus propias palabras. Sus mensajes sobre su objetivo de reunificación total marcan su política exterior. Tras una década de gobierno si Xi Jinping dice que «se está preparando para la guerra, sería absurdo no tomarle la palabra».


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