Foto: EFE

Wall Street cierra una turbulenta semana que ha llevado al Dow Jones a su peor día del año, con el mercado preso de una volatilidad alimentada por el conflicto comercial Estados Unidos-China y por una inversión en la curva de los tipos de la deuda que muchos consideran una señal de recesión.

Agosto no suele brillar por sus resultados debido al bajo volumen de negociación, y luego de la montaña rusa en la que se ha convertido la Bolsa de Nueva York los últimos cinco días, todo apuntaba a que los principales índices se despedirían con notables pérdidas semanales.

Pese a que la jornada de este viernes en el parqué neoyorquino fue positiva y se recuperó algo de terreno, el Dow Jones de Industriales acumuló un retroceso de 1,53%, el selectivo S&P 500 de 1,03% y el índice compuesto Nasdaq de 0,79%.

El mercado siguió con temor la evolución de los bonos del Tesoro y vio caer los papeles a 30 años a un mínimo histórico inferior a 2%, pero la alarma saltó con el descenso de los títulos a 10 años, de referencia para los préstamos hipotecarios, que arrastró a las principales firmas del sector financiero.

El miércoles, la rentabilidad de la deuda a 10 años quedó brevemente por debajo de la de 2 años (1,623% frente a 1,634%) describiendo gráficamente una curva invertida que ha precedido a varias recesiones y que no se producía desde 2005, lo que causó un desplome en el parqué.

Wall Street había cerrado optimista el día anterior ante el mea culpa del presidente Donald Trump sobre el alza arancelaria que había anunciado para el 1° de septiembre, y que decidió retrasar en parte al 15 de diciembre para no empañar la temporada navideña.

La Bolsa es muy sensible a las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, por lo que la intención de la Casa Blanca de gravar 10% de las importaciones chinas por valor de 300.000 millones de dólares no fue bien acogida en un contexto de desaceleración económica global.

El respiro que dio a los mercados ese retraso en la guerra arancelaria duró poco, debido a que el miércoles despertaron preocupados por la curva invertida que se traduce en que los inversores ven más riesgo a corto plazo que a largo plazo.

El Dow Jones cayó 3,05% y recortó 800 puntos, el S&P 500 se dejó 2,93% y el Nasdaq 3,02% como consecuencia de la alta volatilidad, que se disparó en torno a 27%, según el índice Vix.

El jueves, Wall Street rebotó desde esas fuertes pérdidas, pero acabó cerrando mixto ante la amenaza de China de responder a los aranceles planeados por Estados Unidos, aparentemente haciendo oídos sordos al retraso anunciado por Trump.


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