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Foto: Estefaní Brito

Los migrantes venezolanos que se encuentran en Colombia se acercaron este martes hasta el Coliseo Mayor, en Santa Marta, para ser atendidos por el personal del buque hospital USNS Comfort.

Crisbel Ramos, de 24 años de edad, llevó a su bebé a este primer punto de atención del buque para ser tratado por una gripe.

Ramos salió embarazada desde Venezuela hace un año, en la búsqueda de una mejor calidad de vida. Aunque no tiene Permiso Temporal de Permanencia, su hijo posee la nacionalidad colombiana.

“Me ha tocado duro. Ahora estoy mejor, estoy trabajando, pero al principio fue muy duro (…) Aquí trabajo y me alcanza para mantenerme, pero en Venezuela no podía”, manifestó la joven.

En el caso de Yohelis Suárez, buscó ayuda con el personal del buque hospital para operarse de un derrame en la vista que presenta desde mayo.

Suárez tiene dos años en Colombia y asegura que aunque ha recibido buen trato, la falta de documentación no le ha permitido tener acceso a servicios de salud.

Elvia Pérez se trasladó a Colombia como medida desesperada para salvar la vida de su hija.

En diciembre de 2018, la pequeña de un año de edad necesitaba un medicamento que no se encontraba en el país. Así que Pérez dejó todo en Venezuela para viajar de emergencia al país vecino. Pérez tampoco posee el PEP y afirmó que el trato que ha recibido por parte de los colombianos no siempre es bueno.

Kelly Adá se presentó en el Coliseo Mayor con su hija de 4 años de edad. La pequeña fue diagnosticada hace un año con anemia falciforme y desde entonces ha sido muy complicado brindarle la atención necesaria.

“En Venezuela me decían que era solo una anemia, nunca me dijeron que era tan grave”, manifestó Agregó que se encuentra en Colombia desde hace dos años.


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