Un grupo de 175 personas, entre ellos 31 niños, 2 personas mayores, una mujer discapacitada y 3 mujeres embarazadas, permanecen en un campamento improvisado construido en el municipio de Chía, una población aledaña a la ciudad de Bogotá, en Colombia.
Al quedarse sin empleo y vivienda debido a la crisis ocasionada por la pandemia, estas personas decidieron emprender el camino de regreso a Venezuela. Ante la condición delicada de muchos de los integrantes del grupo, prefirieron quedarse en dicho lugar y esperar autobuses que los lleven hasta la ciudad fronteriza de Cúcuta.
Angelo Herrera, líder del grupo, contó a la Voz de América que incluso algunos fallecieron en el camino, otra razón por la que decidieron parar.
En este campamentos sobreviven al frío solo con plásticos, algunas cobijas y chaquetas, mientras que se alimentan gracias a donaciones que reciben. Para bañarse, deben hacer fila y esperar para que un tobo de agua los refresque. Las necesidades deben hacerlas en una zona verde aledaña al campamento.
«Nosotros queremos autobuses para llegar a Cúcuta. Ese es el objetivo. Incluso, el Consejo Noruego nos ofreció refugio, unos hoteles allá en Bogotá y ninguno lo aceptamos porque todas las personas que están aquí quieren regresar a sus casas, estar con su familia», indicó Herrera.
Aseguran que, pese a la difícil situación que atraviesa Venezuela, no tienen que pagar servicios públicos ni arriendo. Solo deberán buscar alimento.
El director general de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa Palacios, señaló el domingo que para el retorno voluntario de ciudadanos venezolanos, se está implementando un protocolo con las diferentes alcaldías y gobernaciones del país, con el fin de evitar aglomeraciones.
Hasta la fecha han retornado a Venezuela cerca de 12.000 ciudadanos, muchos de los cuales han llegado a la frontera en casi 290 autobuses, según Migración Colombia.
«Entendemos la situación que están pasando muchos ciudadanos venezolanos, pero no por eso podemos poner en riesgo a todo un país. Colombia siempre ha estado presta a ayudar al pueblo venezolano, pero esa ayuda se hace de forma responsable no solo con los migrantes, sino con nuestras comunidades», afirmó Espinosa.