Después de cuatro días de los hechos ocurridos el sábado en la ciudad de Ibarra, en Ecuador, los venezolanos que están en ese país aún viven con miedo.

Ese día, luego de que un compatriota cometió un feminicidio que fue grabado y transmitido por las redes sociales, la nacionalidad del autor del crimen se convirtió en el motivo de rechazo a toda una comunidad.

Egleth Noda, médico cirujano que vive en ese país desde hace tres años y es presidente de Chamos Venezolanos en Ecuador, compara lo vivido en Ibarra con la “Noche de los cristales rotos”, cuando los nazis atacaron en noviembre de 1938 a los judíos. “Recibimos mensajes de muchas personas que solicitaban ayuda, pues estaban desesperadas porque no podían salir de sus casas. No pudieron abrir sus locales ni enviar a los niños al colegio. Tenían miedo”.

Considera que la sociedad ecuatoriana ya estaba sensibilizada con el tema de los venezolanos por varios hechos que han ocurrido desde 2017, cuando unas jovencitas se burlaron de sus caracteres étnicos y aparecieron lo que ella define como los primeros brotes de xenofobia. En esta ocasión, afirma, el gobierno no tuvo una buena respuesta y fue el responsable de la ola de violencia que se desencadenó el sábado con los comentarios que publicó en Twitter el presidente Lenín Moreno.

“Es verdad que no hubo muertos, pero sí hay personas heridas y con traumas psicológicos, que requieren ayuda”, cuenta la también vocera de la Federación de Venezolanos en Ecuador. “Hay que dejar en claro que no es un asunto de nacionalidad, sino de seguridad”, insiste.

Patricia González, periodista venezolana que trabaja en una empresa de medios en Quito desde hace dos años, también considera que el gobierno de Ecuador no tuvo una buena respuesta. Incluso, piensa que no ha atacado con su reacción la raíz del problema, como es la violencia de género, un delito que hay que combatir venga de donde venga y no atribuirlo a una nacionalidad en particular.

“Luego de los hechos del fin de semana sí considero que los venezolanos tienen miedo. El lunes no vi a ninguno en las calles de Quito, donde acostumbran a vender chucherías o a cantar a cambio de alguna propina”, dice González. “La vida del migrante es muy difícil, por eso pedimos un poco de solidaridad, que no nos hagan la vida hostil”, agrega.

“Acusaciones sin fundamento”. El canciller de Ecuador, José Valencia, rechazó ayer las acusaciones del gobierno de Maduro de que su país alienta la xenofobia contra los migrantes venezolanos.

“Es absurdo que se quiera endilgar a Ecuador algo que no va ni con el espíritu ni con la forma de pensar y actuar de los ecuatorianos”, dijo Valencia, quien se encuentra en el Foro Económico Mundial de Davos y cuyas declaraciones fueron difundidas por la Secretaría de Comunicación.

Después del asesinato cometido en Ibarra, el gobierno del presidente Moreno comenzó a exigir a los venezolanos que quieren entrar a Ecuador los antecedentes penales apostillados. Antes podían hacerlo solo con la cédula. También anunció brigadas para controlar su situación legal.

En respuesta a las medidas, Caracas expresó que la decisión de Moreno “instigó una espiral de violencia xenófoba contra la comunidad migrante venezolana”.

Valencia consideró que se trata de “acusaciones sin fundamento”.

Regreso al país. La Embajada de Venezuela en Ecuador calcula que 500 personas regresarán esta semana al país como parte del plan Vuelta a la Patria. El encargado de Negocios, Pedro Sassone, afirmó que han debido acelerar el proceso por la tensión que ha generado el feminicidio del pasado sábado.

Hoy, informó, saldrán tres aviones con 230 pasajeros y el sábado llegarán a Caracas 270 más.

En Ecuador, de acuerdo con datos de la Organización Internacional para la Migración, se estima que viven actualmente 300.00 venezolanos.


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