Venezolanos acampando en río Bravo/ Foto El Heraldo de Juárez

Un grupo de migrantes venezolanos que se encuentran viviendo a orillas de río Bravo se rehúsan contundentemente a aceptar una oferta de ayuda del Instituto Nacional de Migración, a través del Grupo Beta, para que regresen a Venezuela en vuelo de retorno y sin costo alguno. Todos ellos comparten la misma respuesta: «No queremos regresar».

Según argumentan temen que si vuelven, las autoridades venezolanas los detengan, reseñó El Heraldo.

Uno de ellos es Daniel, quien aseguró que definitivamente no se regresará a Venezuela, porque según comentó al agente Beta, al pisar suelo fronterizo, su gobierno lo arrestaría por traición a la patria y tendría que estar preso por lo menos cinco años.

«Es muy bonito lo que usted nos ofrece a nosotros, pero es difícil escoger ir a la cárcel, además que te cortan la cédula y te hacen tu expediente y hay que pagar un abogado, cuando no tenemos ni para comer», comentó Daniel.

A pesar de que agradeció el gesto de aliento del Grupo Beta, Daniel aseguró que prefieren estar a la intemperie del frío, antes que volver.

Otra de las amenazas que rodea a los migrantes es el rumos de que el gobierno mexicano ya no los quiere en esa zona y que, estiman sacarlos a la fuerza en unas dos semanas si no se retiran voluntariamente.

Apoyo del gobierno federal a venezolanos en río Bravo

Por otra parte, la gobernadora de Chihuahua, México, María Eugenia Campos, visitó esta frontera, y entre los temas a tratar estuvo el migratorio. En ese sentido aseguró que hace falta apoyo del gobierno federal.

«No los vamos a retirar, eso es definitivo. Los vamos a seguir acogiendo, los vamos a seguir tratando como lo que son, seres humanos, ya que están en busca de un sueño, una mejor calidad de vida», dijo.

«Espero que el gobierno de Estados Unidos tenga muy en claro, que tienen una gobernadora y un equipo que están dispuestos a ayudarles en el tema migratorio. Sin embargo, necesitamos apoyo de ellos mismos, el que tengamos aquí a los venezolanos, es parte de una decisión y acuerdo de voluntades que tuvo el presidente Biden con López Obrador, que a final de cuentas los problemas y la situación la vivimos nosotros en Ciudad Juárez y esto es lo que no se ve a miles de kilómetros de distancia», enfatizó.

 


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