Nicaragua - Cruz de su - de sacerdotes
Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo. Foto: AFP

La ONG Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más alertó este lunes sobre «un nuevo método de represión» implementado por el gobierno que preside Daniel Ortega contra críticos y opositores, que consiste en prohibirles la entrada al país cuando salen de viaje y buscan retornar.

«Este Colectivo quiere alertar de un nuevo método de represión, como lo es la apatridia de facto, derivada de la negativa infundada de no dejar entrar a nicaragüenses a su patria, por ser personas consideradas traidoras al gobierno, o bien por el simple hecho de ser familiares de personas excarceladas políticas, periodistas, madres de asesinados/as y personas defensoras de derechos humanos», señaló esa ONG en una declaración,

El último caso público fue el de Ana Salinas, hermana del periodista y escritor exiliado nicaragüense Carlos Salinas Maldonado, autor de un libro sobre la vicepresidenta de Nicaragua, Rosario Murillo, quien no pudo retornar el viernes pasado a su país por la negativa del Gobierno sandinista, según denunció la plataforma Alertas Libertad de Prensa Nicaragua, que documenta los casos de violaciones a la libertad de expresión y prensa.

Las autoridades de Migración y Extranjería de Nicaragua, que es la encargada de notificar a las aerolíneas o al transporte terrestre sobre esa prohibición a los viajeros nicaragüenses, no suelen dar explicaciones sobre esa medida, que ha afectado principalmente a activistas de derechos humanos, académicos, periodistas, religiosos, críticos u opositores a Ortega.

«A este patrón se debe sumar a quienes su pasaporte es arrebatado por funcionarios y fuerzas represivas del régimen, dejándoles indocumentados y sin ninguna protección», continuó ese Colectivo, integrado en su mayoría por activistas nicaragüenses exiliados y con sede en San José.

Obligan a nicaragüenses al exilio forzado

«La apatridia de facto es una nueva forma de represión que genera graves violaciones a derechos humanos, obliga al exilio y anula de forma casi absoluta la personalidad jurídica de quienes las sufren», advirtió esa ONG.

Según ese organismo, «aún con estas violaciones reiteradas, las personas en el exilio han apostado a la resiliencia como forma de resistencia frente a la dictadura, se han fundado nuevas organizaciones, medios de comunicación y emprendimientos en el exilio para la subsistencia».

No obstante, anotó que los nicaragüenses desterrados de facto «continúan sufriendo obstáculos para acceder a fuentes formales de empleo, a la salud, educación y otros elementos necesarios para tener una vida digna».

En ese sentido, ese Colectivo solicitó a la comunidad internacional «se continúen realizando gestiones para exigir el cese de la represión y el destierro o desplazamiento forzado que destruye familias, proyectos de vida y somete a Nicaragua en una situación constante de graves violaciones a derechos humanos».

Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, acentuada tras elecciones de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión o en el exilio.


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