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Un lento recuento de votos mantiene en espera en Bolivia al Movimiento al Socialismo (MAS) para celebrar un triunfo electoral que incluso sus rivales políticos y la comunidad internacional ya reconocen.

El candidato presidencial del MAS, Luis Arce, virtual presidente electo de Bolivia, expuso en una entrevista con la Agencia EFE sus planes para un gobierno «renovado», con la intención de «gobernar para todos», incluso con puentes a la oposición.

Algunos colectivos contrarios al MAS, el partido de Evo Morales, comenzaron a protestar contra unos resultados provisionales de los que no se fían, como sucedió hace un año en las elecciones luego anuladas que daban la victoria al entonces presidente del país.

A la espera

Solo tres de las nueves regiones de Bolivia han cerrado su recuento esta noche en el país, la amazónica de Pando y las sureñas de Tarija y Chuquisaca.

Las seis restantes iban por porcentajes del 66 al 96 por ciento del escrutinio, según el Tribunal Supremo Electoral de Bolivia.

El presidente del órgano electoral, Salvador Romero, volvió a pedir calma y a defender la fiabilidad del resultado, tras un breve reajuste del sistema de cómputo precisamente para agilizar el recuento de votos de las elecciones generales celebradas el pasado domingo.

Romero descartó que el conteo se hubiera paralizado, confiado en que concluya sin incidencias al igual que la jornada de votación del domingo para elegir presidente, vicepresidente, senadores y diputados.

A las 8:00 pm daba un 53,4 por ciento de los sufragios a Arce, un porcentaje similar al de los conteos rápidos de dos encuestadoras que llevaron en la noche de las elecciones a augurar su victoria.

El expresidente Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, que ya se ve como líder de la oposición, alcanzaba el 29,6 por ciento y Luis Fernando Camacho, de Creemos, el 14,8.

El pastor presbiteriano de origen coreano Chi Hyun Chung se mantenía en el 1,5 por ciento y el minero Feliciano Mamani en el 0,5.

Arce perfila su gobierno

La victoria de Luis Arce es aceptada, en espera de que la confirme el recuento oficial de votos, por su principal rival en las urnas Carlos Mesa, la presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, y numerosos países, incluso algunos distantes políticamente del MAS como el Gobierno de Estados Unidos.

El exministro de Economía de Evo Morales perfila cómo dirigirá el país que durante casi catorce años gobernó su mentor, el ahora expresidente que desde Argentina dirigió la campaña electoral del MAS.

Arce detalló en una entrevista con Efe en La Paz que su proyecto al frente de Bolivia no desconoce a Evo Morales como «mentor» y «líder histórico» de su partido, pero será «su» gobierno.

«Hemos hablado con él, también estaba contento», comentó el virtual presidente electo del país, más relajado tras la resaca electoral.

Más profesionales, jóvenes con «compromiso» y sectores sociales que no fueron tomados en cuenta están en su mente para una nueva etapa del MAS en el poder hasta 2025.

Además de un cambio radical en política exterior respecto a estos once meses del Ejecutivo transitorio de Jeanine Áñez, para retomar relaciones empañadas con países como Cuba, Venezuela y México.

Arce ya habló con mandatarios de países como México, Andrés Manuel López Obrador, y España, Pedro Sánchez, país este último con el que está pendiente retomar la relación a nivel de embajadores.

Tranquilidad

Los días previos a la votación muchos bolivianos acapararon combustible y alimentos, ante el temor de una convulsión social como la que atravesó el país tras los comicios del 20 de octubre de 2019, anulados después de haber dado la victoria para un cuarto mandato consecutivo a Evo Morales, quien siempre ha negado que hubiera fraude y denuncia que fue un golpe de Estado para derrocarlo.

Esta vez apenas han trascendido protestas, salvo algunos grupos de gente en ciudades como Cochabamba y la capital económica del país, Santa Cruz, descontentos con la victoria que da segura una vuelta al poder del MAS.

Decenas de personas se manifestaron en Santa Cruz, Cochabamba y Sucre, capital de Bolivia, contra los resultados que por ahora dan el triunfo al MAS, aunque sin la presencia de quienes lideraron las protestas de 2019 contra el supuesto fraude a favor de Evo Morales.

Durante la jornada se difundieron en Whatsapp y Facebook convocatorias anónimas a esas protestas, además de noticias falsas sobre un nuevo fraude atribuidas a figuras como el exdefensor del Pueblo Waldo Albarracín o el informático Edgar Villegas, quien tomó notoriedad con sus investigaciones para denunciar una manipulación del voto en 2019.

Ambos han negado haber hablado de fraude en estas elecciones, mientras en otras partes del país como La Paz, sede del gobierno y el Parlamento de Bolivia, el ambiente era de espera para que el conteo final certifique la victoria de Arce.


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