Ucrania
Europa Press

Las fuerzas de Ucrania tienen al enemigo en casa. Los esfuerzos para contrarrestar los ataques rusos en la región de Járkov se ven debilitados por la acción hostil de una parte importante de la población local prorrusa.

Ciudades como Kupiansk o Lyman, que sufren ataques de las fuerzas rusas todos los días, cuentan con una importante población prorrusa que realiza de forma activa acciones contra las fuerzas ucranianas, según señala un informe publicado por The Kyiv Independent.

No siempre fue así. Antes de la guerra no era así. De hecho, los prorrusos eran minoría, pero la cercanía de los combates, la llegada de las tropas invasoras rusas hizo que gran parte de la población de estas ciudades escapara hacia las regiones occidentales de Ucrania, sobre todo los jóvenes y la población de identidad ucraniana.

Ucrania y su lucha contra Rusia

Los que quedaron son los abiertamente prorrusos y gente mayor nostálgica de la Unión Soviética. Por poner un ejemplo, antes de la guerra Kupiansk tenía una población de 28.000 habitantes, de los que ya solo quedan 11.000.

Tras la reconquista de la región de Járkov en septiembre de 2022, la mayoría de los ciudadanos que huyeron no regresaron, y los que quedaron son prácticamente todos antiguos colaboradores con las fuerzas de ocupación que odian a muerte a los policías y soldados ucranianos y hacen todo lo posible para obstruirles.

Además, ya desde el año 2014 en que las tropas rusas ocuparon parcialmente el Dombás, Moscú inició una intensiva labor de propaganda y rusificación cultural de los territorios orientales de Ucrania con mensajes ultranacionalistas rusos transmitidos por la televisión rusa a la que todos los lugareños tenían acceso.

Esta región ha mantenido estrechos vínculos culturales con Rusia desde que la Unión Soviética desplazó a parte de la población ucraniana y trasladó a población de habla rusa.

La hostilidad es tal que el alto mando ha ordenado a las tropas que interactúen lo mínimo posible con la población local, señala The Kyiv Independent, e incluso prefieren dormir en el campo antes que en los pueblos, para evitar posibles acciones hostiles de los colaboradores prorrusos.

Mientras tanto, la policía trata de localizar a los colaboradores y traidores: aquellos que abiertamente ayudan a los ocupantes rusos transmitiéndoles información o saboteando a las tropas ucranianas.

Según The Kyiv Independent, la policía realiza arrestos relacionados con estos delitos de forma regular, prácticamente a diario.

La policía se centra principalmente en aquellos que formaron parte de la fuerza policial prorrusa. Muchos huyeron tras la liberación de Kupiansk y de toda la región de Járkov, pero otros se quedaron y suponen un peligro para la seguridad local y para las acciones de contraofensiva.


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