Turquía ataca a los kurdos en Siria | Foto: EFE

La futura presencia del Ejército tuco en el noroeste de Siria será negociada entre Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía, y su homólogo Ruso, Vlandímir Putin. El encuentro será después del acuerdo alcanzado con Estados Unidos el jueves.

Erdogan adelantó este viernes que no se opondrá a que las fuerzas del régimen de Bashar al Asad, presidente sirio, estén presentes en esa región. Siempre que garanticen la ausencia de las milicias kurdosirias Unidades de Protección del Pueblo, que controlan la zona desde 2015.

“Queremos llegar a un arreglo razonable con Rusia. Tenemos una sola condición: que las zonas con presencia de tropas del régimen se limpien totalmente de las YPG”, dijo.

Rusia, clave en Siria

La razón de la reunión prevista para el 22 de octubre en la ciudad rusa de Sochi, se debe a que Putin es un fuerte aliado de Al Asad.

Erdogan afirmó que en el encuentro determinarán los detalles de la presencia de las tropas turcas en territorio sirio que Ankara llama “franja de seguridad”.

El mandatario turco lleva meses insistiendo en que no puede tolerar la presencia de las YPG en esa región. Las considera terroristas por sus vínculos con el proscrito Partido de Trabajadores de Kurdistán, la guerrilla kurda activa en Turquía.

El Ejército turco empezó, desde el 9 de octubre, a invadir las ciudades sirias de Tal Abiad y Ras al Ain, en la frontera.

La operación militar “Fuente de Paz” se lanzó tras el anuncio de la retirada del contingente militar estadounidense por Donald Trump, presidente de Estados Unidos. La información fue interpretada como una luz verde para la incursión turca.

Mientras la artillería turca intentaba vencer la encarnizada resistencia de las YPG en las dos ciudades, Trump amenazó a Turquía con severas sanciones económicas si seguía con la ofensiva. El jueves envió un equipo negociador, encabezado por el vicepresidente, Mike Pence, para negociar un alto el fuego.

 EE UU y Exigencias Turcas

El texto del acuerdo, revelado el jueves en la noche por Ankara, prevé la retirada completa de las YPG en los próximos 5 días de la franja de 32 kilómetros de ancho, al noreste de Siria.  La frontera será puesta bajo control de las tropas turcas, tal como Erdogan exigió desde un principio.

Supuestamente, Washington medió con las milicias kurdas y consiguió que estas cedan en todos los puntos, lo cual despertó escepticismo entre conocedores de la situación.

Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, afirmó en Bruselas que, la tregua “no es un alto el fuego, sino una petición de capitulación a los kurdos”.

EEUU se comprometió a no imponer sanciones a Turquía a cambio del cese de las hostilidades.

Lo que el gobierno turco califica de “suspensión de la ofensiva” entró oficialmente en vigor el  jueves en la noche.

Tiroteos esporádicos

A pesar del pacto, este viernes en la mañana aún hubo tiroteos y bombardeos esporádicos en Ras al Ain, denunciaron las Fuerzas de Siria Democrática, la alianza de milicias liderada por las YPG.

Testigos aseguran que se siguen oyendo explosiones ocasionales. Sin Embargo, Erdogan descartó que haya violaciones del acuerdo y tachó de desinformación las denuncias.

El mandatario indicó que la franja, que deben abandonar las YPG,  será de 444 kilómetros de largo por 30 o 35 de ancho. Asimismo, dejó la puerta abierta a que sean las tropas del régimen de Asad y no las turcas las que controlen parte de ella.

“Una vez que la zona se limpie completamente de las YPG, no nos supone ningún problema que quede bajo control del régimen. No tenemos intención de quedarnos allí”, dijo Erdogan.

Insistió en que las tropas turcas no se retirarán hasta que no se compruebe la retirada completa de las milicias kurdas y la destrucción de sus posiciones y arsenales.

Las autoridades kurdosirias pidieron a la comunidad internacional, Estados Unidos y la ONU que envíen inmediatamente observadores al norte de Siria para supervisar el alto el fuego.

Turquía seguirá en Siria

Precisó también que Turquía prevé establecer 12 puntos de observación en la franja, y mostró un mapa a la prensa en el que se indica que estos se repartirán a lo largo de todo el noreste de Siria, desde el río Éufrates hasta Irak.

El sistema de puntos de observación recuerda el que las Fuerzas Armadas turcas han establecido en Idlib, en el oeste de Siria, donde patrullan sin administrar el terreno.

Cambio demográfico forzado

Erdogan insistió este viernes en sus planes de edificar en la franja. “140 aldeas de unos 5.000 habitantes y 10 municipios de 30.000 habitantes”, para ubicar entre 1 y 2 millones de los 3,6 millones de refugiados sirios que residen en Turquía.

Eso significaría crear un profundo cambio demográfico en un territorio que, con excepción de Tal Abiad y sus alrededores, está ahora mayoritariamente habitado por kurdos.

Estos quedarían en minoría, pues la mayoría de los refugiados en Turquía provienen de las regiones occidentales de Alepo, Hama y Homs, de lengua árabe.

El propio Erdogan admitió ese dato al señalar que en Turquía “hay unos 350.000 refugiados kurdos que han huido de las zonas ocupadas por las YPG”.

Yihadistas

Erdogan informó que las fuerzas turcas detuvieron a 195 presuntos miembros del grupo yihadista Estado Islámico, de los 750 que, al parecer, se habían evadido de las prisiones controladas por las YPG desde el inicio de la ofensiva turca.

Entre los combatientes huidos “hay unos 150 turcos, así como unos 500 de otros países, como Francia, Holanda o Alemania”, indicó el mandatario.

“Estos países ¿aceptarán a los yihadistas? A los 150 turcos los juzgaremos nosotros. A los otros deberían juzgarlos ellos”, opinó el presidente turco, en referencia a los países europeos de los que son oriundos los combatientes.

Un asunto que Erdogan podría plantear directamente a sus homólogos europeos en breve: el presidente de Francia, Emmanuel Macron, anunció este viernes que él, el primer ministro británico, Boris Johnson, y la canciller alemana, Angela Merkel, se reunirán en “las próximas semanas” en Londres con Erdogan.

Según Macron, esos tres socios de la OTAN deberían ver a dónde puede llegar Turquía y cómo conducirla a “posturas más razonables”.


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