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EFE

l presidente Donad Trump dijo este domingo que la mortalidad por covid-19 en Estados Unidos alcanzará su pico en dos semanas y prolongó hasta el 30 de abril las recomendaciones de distancia social.

El covid-19 podría causar entre 100.000 y 200.000 muertes en la primera potencia mundial. Así opina Anthony Fauci, asesor del mandatario sobre la pandemia.

En una rueda de prensa que ofreció en los jardines de la Casa Blanca, Trump combinó consideraciones optimistas sobre una reactivación económica del país a comienzos de junio y dio algunas advertencias.

«Ampliaremos nuestras pautas hasta el 30 de abril para frenar la propagación del virus», dijo el mandatario.

Anteriormente había afirmado que la pandemia podría comenzar a revertirse hacia la festividad cristiana de Pascuas, es decir, el 12 de abril.

Ahora sostuvo que para esa fecha se debería llegar al número máximo de fallecimientos.

«Los modelos calculan que el pico en la tasa de mortalidad probablemente se alcanzará en dos semanas. A partir de ese momento el total de casos debería comenzar a bajar y es de esperar que sea muy sustancial», agregó.

Los estados de la Unión, en especial los más afectados, han tomado paralelamente medidas de restricción; entre otros, el cierre de establecimientos educativos y lugares públicos, incluidos los restaurantes.

Algunos gobernadores pidieron a la población que permanezca en sus casas el mayor tiempo posible.

La Universidad Johns Hopkins, cuya cuenta es tomada como referencia, informó que en Estados Unidos hay más de 139.000 casos positivos de covid-19, un récord mundial. Hacia este domingo en la noche el número de fallecidos se elevaba a 2.436 pacientes.

Convertido en una figura tranquilizadora a ojos de millones de estadounidenses con sus intervenciones casi cotidianas, el científico Fauci expuso los modelos de proyección de datos.

«Dan el peor y el mejor escenario. Y generalmente la realidad se ubica en algún punto intermedio«, explicó.

«Entre las enfermedades con las que he trabajado nunca he visto un modelo en el que se dé el peor de los casos. Siempre están sobre estimadas», agregó.

Trump: «¿Dónde van las mascarillas?»

La especialista Deborah Birx, otra asesora de Trump en la materia, advirtió que el conjunto del país debía prepararse para lo peor. «Ningún estado, ninguna metrópolis quedará librado«, dijo a la cadena NBC.

«Cada metrópolis debería manejar la posibilidad de una crisis equivalente a la de Nueva York y desde ahora hacer todo lo que pueda para evitarla», insistió.

El estado de Nueva York, al cual Trump había previsto declarar en cuarentena obligatoria antes de renunciar a una medida de ese tipo, concentra casi la mitad de los casos registrados oficialmente en el país.

Su gobernador, Andrew Cuomo, comunicó este domingo una nueva cuenta: un total cercano a 60.000 y 965 muertes.

Pero hay otros puntos calientes en el territorio, como el estado vecino de Nueva Jersey, Florida, Luisiana o las ciudades de Detroit y Chicago en el norte. Este sábado las autoridades de Illinois anunciaron la muerte de un bebé de menos de un año.

Los gobernantes de los estados más afectados por la pandemia han mostrado su preocupación por la carencia de equipamiento adecuado para atender a los pacientes, en especial de respiradores artificiales.

«La situación en Detroit se agrava a cada minuto», alertó la gobernadora de Michigan Gretchen Whitmer.

«El virus se propaga más rápidamente de lo que lo que desearíamos. Seguimos estando en una trayectoria que nos hará superar nuestra capacidad de atención sanitaria», dijo a su vez el gobernador de Luisiana, John Bel Edwards.

Reconoció además que las célebres festividades del martes de Carnaval, a mediados de febrero, habrían probablemente contribuido a la propagación del covid-19 en el estado.

Durante su larga rueda de prensa, Donald Trump dio a entender que algunos materiales cruciales para el tratamiento de los pacientes están desapareciendo de manera sospechosa de los hospitales estadounidenses.

«¿Dónde van las mascarillas? ¿Se van por una puerta oculta?», se preguntó, sin brindar cifras concretas que fundamenten la ocurrencia de robos.


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