La prohibición a las mujeres afganas de trabajar para Naciones Unidas es un asunto social interno, afirmó el viernes el gobierno talibán afgano, luego de que el Consejo de Seguridad de la ONU lo instó a revertir rápidamente esa medida.
«Conforme a las leyes internacionales (…) de respetar las opciones soberanas de Afganistán, se trata de un asunto social interno, sin impacto sobre los Estados extranjeros», afirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores afgano en un comunicado.
«Seguimos comprometidos en garantizar todos sus derechos a las mujeres afganas, al tiempo que subrayamos que la diversidad de opiniones debe ser respetada y no politizada», agregó.
La resolución adoptada por unanimidad de los 15 miembros del Consejo y copatrocinada por 90 Estados miembros de la ONU condena la decisión tomada por los talibanes de prohibir a las mujeres afganas trabajar para las Naciones Unidas en Afganistán.
Según el organismo, la decisión adoptada en abril compromete los derechos humanos y los principios humanitarios.
El consejo llama a los talibanes a revertir rápidamente las políticas y las prácticas que restringen el pleno ejercicio de los derechos humanos y libertades fundamentales de las mujeres y las niñas, «en particular en cuanto a su acceso a la educación y al empleo, su libertad de circulación y la participación plena, igualitaria y verdadera de las mujeres en la vida pública».
También exhorta a «todos los Estados y organizaciones políticas a usar su influencia (…) para promover la anulación urgente de estas políticas y prácticas».
Tras el retorno al poder de los talibanes en agosto de 2021, Washington congeló 7.000 millones de dólares de activos del banco central afgano depositados en Estados Unidos.
Los talibanes volvieron a imponer la interpretación rigorista del islam que aplicaron durante su primer gobierno (1996-2001) y multiplicaron las restricciones para las mujeres. Estas fueron excluidas de la educación secundaria y universitaria y se les prohibió ejercer numerosos empleos públicos.
Tampoco tienen derecho a entrar en parques, jardines, salas de deportes y baños públicos ni viajar sin la compañía de un pariente hombre y deben cubrirse el rostro para salir de sus casas.