Militares custodian estación de metro en Santiago
Foto: AFP / Pedro Ugarte

El presidente Sebastián Piñera intentará este martes buscar una salida al estallido social que sacude Chile desde hace cinco días. Se reunirá con los líderes de los partidos políticos, en un momento en que la protesta podría recrudecerse con huelgas y nuevas movilizaciones.

Asediado por la peor ola de violencia que se vive en Chile, desde su retorno a la democracia en 1990, que ya suma 15 muertos, el mandatario, que hace dos días dijo que su país “estaba en guerra”, cambió el tono.

“Vamos a explorar y ojalá avanzar hacia un acuerdo social que nos permita a todos unidos acercarnos con rapidez, eficacia y también con responsabilidad hacia mejores soluciones a los problemas que aquejan a los chilenos”, dijo.

Vista del edificio donde funcionaba una farmacia, incendiado durante las protestas sociales en Valparaíso
Vista del edificio donde funcionaba una farmacia, incendiado durante las protestas sociales en Valparaíso. AFP / JAVIER TORRES

Si bien las protestas comenzaron el viernes por el alza del precio de la tarifa del metro de la capital chilena, medida que el gobierno suspendió, han ido derivando en un movimiento mucho mayor, que pone sobre la mesa otras demandas sociales.

“Lo que ocurre no es porque hayan subido el metro por 30 pesos. Viene ocurriendo desde hace 30 años. Tenemos el tema de las AFP (Administradoras de Fondos de Pensiones), de las colas en las clínicas, listas de espera en hospitales, el costo de los remedios, los bajos sueldos”, explicó Orlando, un hombre de 55 años de edad montado en una bicicleta, durante las protestas del lunes.

Martes de incertidumbre

Con un transporte público limitado, el comercio y los bancos funcionando a medio gas y las protestas colapsando las calles, los chilenos salieron a trabajar y estudiar este martes, soportando nuevamente largas filas y esperas.

El metro de Santiago, que recibe a cerca de tres millones de personas diariamente, funciona solo con una de sus siete líneas y apoyado por 4.300 autobuses públicos, que se complementan con servicios de taxi para satisfacer la demanda.

Asimismo, las clases escolares están suspendidas en cerca de 50 comunas de la capital chilena, mientras que una decena de universidades cancelaron sus actividades académicas. Hospitales y policlínicos funcionan con normalidad.

La aerolínea chileno-brasileña Latam instaló decenas de camastros en el aeropuerto de Santiago para sus pasajeros, que se encuentran bloqueados desde el comienzo de las protestas, que provocaron la cancelación o reprogramación de centenares de vuelos.

Una noche menos violenta

La ola de violencia perdió intensidad durante la madrugada del martes, tercera noche con toque de queda en Santiago y otras ocho regiones chilenas.

“La ciudad durmió tranquila”, señaló Javier Iturriaga, general a cargo de la seguridad, en medio del estado de emergencia decretado por Sebastián Piñera.

Los uniformados revisaban a los pasajeros de los escasos automóviles que circulaban con salvoconductos, otorgados por las autoridades para emergencias y casos especiales.

Durante la noche de este lunes se registraron algunos incendios y saqueos en comercios, además de manifestaciones aisladas, dispersadas por las fuerzas del orden.


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