Argentina: la libertad luchando por renacer. Ese es el nombre que el cineasta Santiago Oría anhela para un documental que trate sobre la etapa política que vive su país. Hace solo semanas recorría provincias con Javier Milei para documentar la campaña electoral del economista que generó revuelo en la política argentina. Ahora es el cineasta de un diputado nacional.

El domingo 14 de noviembre se confirmó lo que ya se vaticinaba: Javier Milei resultó elegido diputado nacional junto con su compañera de fórmula Victoria Villarruel. Se alzaron con 307.000 votos, correspondientes a 17% del total. Marcaron de esa manera un precedente en la política del país.

Oría reconoce que son resultados sin precedentes para el debut político de un liberal puro. “Nunca en la historia argentina un candidato que arranca de cero lo había logrado. Nunca nadie, armando un partido de cero y encarando una campaña de cuatro meses, había obtenido un resultado tan alto de 17%. Intentos liberales anteriores, como el caso de la Unión del Centro Democrático, tuvo que esperar más de cuatro años para lograr un resultado de esta contundencia”, dijo en conversación con El Nacional.

El cineasta dice que el triunfo fue gracias a la que calificó como batalla cultural que dio Milei durante años. Recuerda que habló de sus ideas por televisión, dio conferencias y publicó libros.

“La gente empezó a darse cuenta de que lo que nos importaba a los argentinos no era si ganaba Boca o River, sino cambiar la mentalidad y las ideas”, asegura.

Pero también reconoce que fue un trabajo de equipo, del que formó parte como cineasta. Quisieron mostrar a Javier Milei como una persona completa. La idea se dio porque, afirma, la gente solo estaba acostumbrada a ver una parte de él: sus confrontaciones televisivas. Por ello entendieron que debían mostrar a Milei cuando está con su gente, con la gente común. Lo describe como una persona cariñosa, cercana y empática con los problemas de los demás.

“Al mostrar a la persona completa, empezaron a caer un montón de prejuicios sobre él que habían creado los medios, pues lo mostraban como una persona agresiva, y no era así; justamente, él se enoja con la gente que le arruina la vida a la gente. También hemos logrado mostrar que no solamente era un fenómeno juvenil, sino que era un fenómeno para todos, para la gente grande, de todos los sexos, de todos los caminos de vida, de todas las clases sociales; de hecho, ha llamado mucho la atención que Javier tuviera unos éxitos espectaculares en los barrios más postergados de la ciudad de Buenos Aires. Lo que se está generando es impresionante”, dice.

Oría también sabe que Javier Milei es un hombre que ha luchado por lo que quiere. Como productor de varios documentales sobre el ahora diputado, no tiene dudas de que con esfuerzo y mérito es que ha ido formando su carrera.

“Es una persona que se hizo muy abajo. Su papá era colectivero. A base de mucho estudio y mucho esfuerzo se ganó el respeto de todos sus colegas economistas y ha formado una carrera intelectual brillante, con un montón de publicaciones académicas”, afirma.

“Él no viene de ninguna familia adinerada, no tiene antepasados políticos que lo pudieran haber acomodado. Es un self-made man, un underdog, la persona que viene peleándola desde abajo y llega a lo más alto. Una persona con muchísimos valores increíbles en lo que es la ética de su trabajo, la ética y lealtad con sus amigos”, agrega.

—¿Es ultraconservador, como reseñaron algunos medios?

—¿Conservador? No (risas). Él no es para nada conservador. Hemos hecho alianzas con conservadores porque compartimos un montón de cosas, como la idea de combatir el socialismo y apoyar la economía de mercado. Pero no hay ninguna base para decir que es ultraconservador.

—Si Argentina fuese un documental en estos momentos, ¿cómo lo titularía?

—Argentina: la libertad crujiente (risas).

Argentina: la libertad luchando por renacer. Sería como una lucha para que la libertad renazca en un país que era libre, perdió su libertad y ahora está peleando para recuperarla.

—¿Qué tan importante es comunicar correctamente las ideas liberales para obtener este tipo de resultados?

—El mejor comunicador de las ideas de libertad es Javier. Él ha tenido la capacidad de bajar de la teoría a los problemas y vivencias cotidianas de la gente. Nosotros hemos seguido su escuela de la comunicación de las ideas de la libertad, y el trabajo de los profesionales que lo acompañamos ha sido mostrar cómo esas ideas pueden encarnar en la cotidianidad de las personas, en el verdulero de la esquina, en el carnicero, en el de la librería, en las personas de a pie, el pequeño ciudadano, y ser representantes de los intereses de todas esas personas. Hemos bajado de los libros a la calle, al carne y hueso de las personas comunes; todo eso se ve en rostros, en escena, en situaciones de Javier hablando con la gente.

—¿Cómo se puede hacer eso sin ser tildado de populista?

—Es la diferencia entre ser populista y ser popular. El populista da cosas materiales a la gente, reparte dádivas, hace demagogias; nosotros solamente prometemos libertad y que cada uno se haga responsable de su vida. Es lo contrario al populismo. Queremos que las ideas sean populares, es decir, que estén en la mayor cantidad de personas posibles.

—¿Cree que será igual en toda la región? ¿Argentina va a ser un impulso para otros países del continente?

—Esperemos que sí, aunque en estos momentos hay otros países que son mejores ejemplos de libertad. Pero Javier ya es un referente continental de la libertad, y ojalá que su lucha y su ejemplo motiven e inspiren cosas similares en todo el continente.


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