Lavrov
Foto. Archivo

Rusia aseguró este lunes que las críticas de Occidente por la detención del líder opositor ruso Alexéi Navalny, el domingo a su regreso de Alemania tras el envenenamiento que sufrió en agosto pasado, buscan desviar la atención de los problemas internos y de la «crisis del modelo liberal».

«Por supuesto, ahora vemos cómo se aferraron ayer a la noticia del regreso de Navalny a la Federación Rusa y cómo la recibieron con alegría, porque les permite por lo visto a los políticos occidentales pensar que pueden distraer la atención de la profundísima crisis en que se encuentra el modelo liberal de desarrollo», dijo en su rueda de prensa anual el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov.

El líder opositor fue detenido el domingo nada más llegar a Moscú en un vuelo procedente de Berlín, con el argumento de que figura en una lista de busca y captura por no haberse presentado a la revisión periódica de una condena suspendida de 3,5 años de cárcel dictada contra él en 2014 y que fue declarada ilegal por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Lavrov sostuvo que «se trata de cumplir las leyes rusas», e insistió en que no hay motivo para abrir un caso penal para investigar el envenenamiento de Navalny, del que éste responsabiliza directamente al presidente ruso, Vladímir Putin, ya que «no encontramos nada en los análisis que sugiriesen una intoxicación con sustancias militares».

El jefe de la diplomacia rusa dijo que Moscú «no está satisfecho con las tendencias que observa en Occidente, cuando las élites para tratar de alcanzar sus metas internas buscan activamente a enemigos externos y los encuentran en Rusia, China, Irán, Corea del Norte, Cuba y Venezuela».

«Estoy convencido de que no hay que buscar pretextos externos para justificar sus propias acciones o para distraer la atención de sus problemas internos», sostuvo Lavrov, quien afirmó que por contra hay que «encontrar vías de cooperación».

«Rusia intenta cooperar y operar de manera constructiva en la arena internacional. No queremos discutir con otros países, sino sentarnos en la mesa de negociaciones para comentar todo tipo de soluciones», recalcó el ministro.

El jefe de la diplomacia rusa aseguró que Moscú «siempre ha estado preparado» para ello, también cuando se ha acusado a Rusia de estar detrás del envenenamiento del exespía ruso Serguéi Skripal en 2018, la interferencia en las elecciones estadounidenses de 2016, el derribo del avión MH17 en el este de Ucrania en 2014 o el intento de asesinato de Navalny.

«Nunca recibimos ninguna prueba. Todo lo que escuchamos es que es ‘altamente probable’ y que solo Rusia tiene motivos» de estar detrás de todo esto, alegó Lavrov.

«No nos dan nada concreto. Seguimos interesados en resolver todos los problemas mediante el diálogo, pero no queremos entrar en la puerta que Occidente no quiere abrir», sostuvo el titular del Ministerio de Exteriores de Rusia.

Lavrov dijo que Rusia no está satisfecha con la respuesta de Alemania a las solicitudes de información sobre el caso, y quiso restar importancia a la identificación por parte de la Bundeswehr (Ejército alemán) del tipo de veneno que se le suministró a Navalny, un agente nervioso de la familia Novichok, resultado que ha sido apoyado también por laboratorios franceses y suecos.

«¿Qué tecnología tiene la Bundeswehr para detectar armas químicas? En el caso de Skripal decían que ningún país tenía ese conocimiento y ahora en el caso de Navalny ¡en unos pocos días la Bundeswehr lo confirmó y también los franceses y suecos!», sostuvo.


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