Secta indígena
Foto Archivo

Las autoridades de Panamá rescataron este sábado a tres niños retenidos por una supuesta secta religiosa en una comunidad de la comarca indígena Ngäbe Buglé, en la provincia de Veraguas. Esta es la única del país con costas en los océanos Atlántico y Pacífico, así lo revelaron fuentes oficiales y medios locales.

En el rescate de los menores de edad participaron agentes del Servicio Nacional Aeronaval de Panamá (Senan). Su situación la denunció una periodista a las autoridades, informó el ministro de Seguridad Pública, Juan Pino.

Pino señaló que los niños, retenidos junto a tres adolescentes, se encuentran en buenas condiciones de salud, y que una persona se dio a la fuga.

Añadió que una de las personas que estaba entre los que retenidos logró escapar para pedir ayuda. Además, explicó que de acuerdo con los reportes recibidos una presunta secta religiosa indígena estaría involucrada en los hechos.

El Ministerio Público (MP) ha abierto una investigación por la presunta comisión del delito de privación de libertad de al menos seis personas, entre los que están tres menores de edad.

Personal del MP, a cargo de la fiscal de asuntos indígenas, Ermelinda Jiménez, se trasladó este domingo al lugar, la comunidad de Guayabal. Allí realizará diligencias sobre el caso y entrevistará a familiares de las víctimas a fin de poder determinar lo sucedido.

La entidad investigadora indicó que, de acuerdo con los informes preliminares, la situación se atribuye a la actividad de una agrupación religiosa que opera en el lugar.

Guayabal está en la cordillera de la provincia central de Veraguas, en el sector Llano Amador, corregimiento de Agua de Salud, distrito de Ñurum.

Eventos similares

En enero pasado, la comunidad de Alto Terrón, en una zona remota de la comarca Ngäbe-Buglé, fue escenario de la matanza de siete nativos, la mayoría niños. La matanza la cometió una secta indígena autóctona guiada por un supuesto mesías.

Una familia de esta etnia, compuesta por una mujer de 33 años de edad embarazada y sus hijos con edades de entre 1 y 11 años, murió durante un rito exorcista. El ritual lo llevó a cabo un grupo de 10 personas que se identificaban como miembros de la «secta La Nueva Luz de Dios”.

Las fuerzas especiales rescataron a otras 15 personas que estaban secuestradas y sometidas a los mismos ritos exorcistas que llevaron a la muerte a las siete personas. En estos actos se incluían, además, el uso de objetos contundentes y cortantes como machetes. Los rescatados, al menos siete de ellos menores de edad, todos con golpes y heridas, se evacuaron en helicópteros desde el Alto Terrón hasta Santiago de Veraguas.

Situada en el norte de Panamá, la comarca Ngäbe Buglé, una de las cinco que tiene el país centroamericano, se creó en 1997. Tiene una extensión de 6.968 kilómetros cuadrados y es la más poblada de las demarcaciones indígenas panameñas, con unos 213.000 habitantes de acuerdo con cálculos de 2018.

Abarca territorios, que son de propiedad colectiva, de las provincias de Bocas del Toro, Chiriquíí y Veraguas, y en ella viven indígenas de las etnias ngäbe y buglé. Su capital es Llano Tugrí.

Al igual que las otras etnias principales de Panamá -emberá, wounaan, guna, naso y bri-bri-, los ngäbe y los buglé viven en condiciones de pobreza en la comarca. En estas zonas los accesos son difíciles por la topografía y falta de infraestructuras. Por ello, desarrollan formas de agricultura de subsistencia, así como pesca y caza.


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