Reino Unido
Foto: EP

El gobierno de Reino Unido presentó el martes un proyecto de ley contra la llegada irregular de migrantes por mar desde las costas francesas, asegurando que el texto respeta el derecho internacional pese a las críticas de los defensores de los derechos humanos.

A tres días de su primera visita a Francia, el primer ministro Rishi Sunak está decidido a atajar las travesías ilegales del canal de la Mancha.

«Esta nueva ley enviará un mensaje claro: si viene ilegalmente a este país, será rápidamente expulsado», declaró Sunak al diario The Sun. «Los que vienen [ilegalmente] en botes no pueden pedir asilo aquí», subrayó.

Migración irregular en Reino Unido

Más de 45.000 personas (principalmente albaneses y afganos, pero también iraníes, iraquíes y sirios) llegaron al Reino Unido por esta peligrosa ruta el año pasado. Ya son casi 3.000 en lo que va de 2023.

Presentando el proyecto de ley ante el Parlamento, la ministra del Interior, la ultraconservadora Suella Braverman, aseguró que «ante la crisis migratoria mundial, las leyes de ayer simplemente no son adecuadas».

El texto facilita la detención de migrantes hasta su expulsión. También restringe «radicalmente» la posibilidad de recurrir las expulsiones, aseguró.

El gobierno de Sunak fue acusado por defensores de los derechos humanos de vulnerar el derecho internacional.

«Hemos ampliado los límites del derecho internacional», admitió Braverman a la prensa. Pero ante los diputados aseguró: «Estoy segura de que el proyecto es compatible con nuestras obligaciones internacionales».

Sin embargo, reconoció que no podía afirmar definitivamente si la legislación se ajusta a la ley británica sobre derechos humanos. Y afirmó que se iniciaron conversaciones al respecto con el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Huir de persecuciones y guerras

Estas medidas fuertemente restrictivas buscan desalentar los cruces y acabar con el negocio de los traficantes.

Pero las organizaciones de ayuda a los refugiados replican que los sucesivos endurecimientos de las normas no surtieron efecto y que los migrantes solo abandonarán la vía irregular si las autoridades ofrecen modos legales de ir a pedir asilo al Reino Unido, actualmente muy limitadas.

La ONU reaccionó asegurando que los planes británicos equivaldrían a una prohibición del asilo.

«La legislación, si se aprueba, equivaldría a una prohibición de asilo, extinguiendo el derecho a solicitar protección como refugiado en el Reino Unido para aquellos que llegan de forma irregular, sin importar lo genuina y convincente que pueda ser su solicitud», dijo la oficina de la ONU para los refugiados (Acnur) en un comunicado.

«Si huyes de la persecución o la guerra, si huyes de Afganistán o Siria y temes por tu vida, ¿cómo vas a poder pedir asilo en el Reino Unido?», dijo Christina Marriott, directora en la Cruz Roja británica.

Para Steve Valdez-Symonds, director de Derechos de los Refugiados y Migrantes de Amnistía Internacional Reino Unido, el gobierno británico ha caído aún «más bajo al intentar descalificar en masa las solicitudes de asilo de las personas, independientemente de la solidez de su caso».

«Las personas que huyen de la persecución y los conflictos se verán irremediablemente perjudicadas por estas propuestas, mientras que el Reino Unido da un ejemplo terrible a otros países del mundo», aseguró.

El Reino Unido aprobó el año pasado una muy controvertida ley para enviar a los solicitantes de asilo a Ruanda, país africano a 6.500 km de Londres. Pero el plan fue bloqueado por los tribunales europeos y sigue paralizado.

Manifestaciones a favor y en contra

Un portavoz de Sunak afirmó que su gobierno está estudiando vías legales y seguras para que la gente solicite asilo en el Reino Unido «una vez que tengamos nuestras fronteras bajo control».

El primer ministro británico tiene previsto reunirse el viernes en París con el presidente francés, Emmanuel Macron, meses después de que sus dos países firmaran un acuerdo de cooperación que incluye apoyo financiero británico para vigilar las playas francesas.

El tema ha estado en el centro de las disputas habituales entre el Reino Unido y Francia, a la que Londres acusó de no hacer lo suficiente.

En plena crisis del costo de la vida, la gestión de las solicitudes de asilo es fuente de tensiones e incomprensión para muchos británicos.

A mediados de febrero, una manifestación de ultraderechistas ante un hotel donde se alojaban solicitantes de asilo cerca de Liverpool, en el noroeste de Inglaterra, degeneró en enfrentamientos con la policía.

Otras manifestaciones, a favor y contra los refugiados, tuvieron lugar en ciudades de todo el país, como el sábado en Dover, principal puerto inglés a orillas del canal de la Mancha.


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