Banco Central chileno
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La primera jornada tras la decisión del Banco Central de Chile de elevar -por primera vez- en 0,5 por ciento los requerimientos a la banca de los activos ponderados por riesgo, lo que implicaría -según cifras de la industria- constituir cerca de 1.500 millones de dólares en capital por parte de las entidades financieras, ha estado marcada por las críticas y dudas del mercado respecto a la oportunidad en que se ejecuta la medida.

El Banco Central de Chile elevó este miércoles los requisitos citando la mayor incertidumbre internacional y el riesgo que podría presentar un shock global para la economía local.

Un empeoramiento del escenario macrofinanciero global podría generar episodios de alta volatilidad, reducir la liquidez y gatillar salidas de capitales de los mercados emergentes, escribieron los funcionarios en su informe de estabilidad financiera, publicado el miércoles.

La economía chilena, cabe señalar, se encuentra en un proceso de ajuste tras un sobreconsumo en 2021 y 2022 por una inédita liquidez en el mercado tras el retiro de 51.000 millones de dólares desde los fondos de ahorros de pensiones en medio de la pandemia.

Chile cerró el año pasado con una inflación de 12,8 por ciento, la mayor en 30 años, y se espera que concluya este año en torno del 4,6 por ciento tras la moderación del consumo y la demanda.

El Banco Central señaló que las deudas no pagadas de los hogares han aumentado, especialmente en tarjetas y líneas de crédito, en un escenario en que ha aumentado el desempleo: subió de 8,4 por ciento a 8,8 por ciento en el primer trimestre en comparación con igual período de 2022.

¿De qué se trata la medida?

La herramienta, denominada Requerimiento de Capital Contracíclico (RCC), tiene por objeto fortalecer la resiliencia de la banca frente a episodios disruptivos que pueden tener un impacto significativo en la economía, contribuyendo a la estabilidad financiera.

¿Cómo? A través de la acumulación de un «colchón» (buffer) de capital para que esté disponible frente a escenarios de estrés severos. En aquellos casos, se libera el «colchón», y con ese margen adicional, se mitigan los efectos negativos de una abrupta restricción de servicios esenciales, como por ejemplo, la oferta de crédito.

La acción fue acordada la tarde del martes por la unanimidad de los consejeros, en atención a la situación externa de los mercados, donde destaca un grado de incertidumbre mayor de lo habitual y el deterioro de las condiciones financieras.

Sobre esto se refirió la presidenta del Banco Central chileno, Rosanna Costa, durante la exposición del Informe de Estabilidad Financiera (IEF) del primer semestre ante la comisión de Hacienda del Senado, señalando que el «el uso del requerimiento busca mitigar el comportamiento procíclico de la banca cuando se producen shocks adversos, buscando así que sus consecuencias no se amplifiquen a través de una disminución de la oferta de crédito cuando el financiamiento se hace más  necesario».

«Esta es una medida preventiva, ante un shock que hoy día no vemos, que hoy día no identificamos ni decimos es, pero cuya probabilidad ha aumentado particularmente en el sector externo. Tenemos que tener las capacidades para que la economía le pueda hacer frente», añadió Costa.

¿Qué dice el empresariado y la banca?

El empresariado y la banca criticaron la decisión del Banco Central de Chile de aumentar el requerimiento de capitales a los bancos porque, estimaron, podría tener efectos adversos en los créditos y en la actividad económica.

Ricardo Mewes, presidente de la Confederación de la Producción y el Comercio, afirmó que la exigencia a la banca de aumentar capital “va a tener un impacto probablemente en los créditos a las empresas y personas”. El empresariado estimó que la medida obligará a acumular unos 1.500 millones de dólares de capital adicional.

La banca también ha sido crítica. José Manuel Mena, presidente de la Asociación de Bancos e Instituciones Financieras, dijo: «Nosotros no vemos la activación de este instrumento como algo coherente”.

¿Qué opinan los analistas?

Hay analistas de mercado que consideran que hubo un problema con el momento elegido para activar la medida, lo que ha derivado en una sensación de sorpresa. Es más, muchos coinciden en que, cuando ocurrió la seguidilla de quiebras de bancos en Estados Unidos y Europa, fue la propia autoridad monetaria la que indicó que la banca local había enfrentado bien esos sucesos.

Respecto de la activación del RCC, Jorge Cayazzo, socio de Risk Advisory en Deloitte, le comentó a Emol: «Más allá del impacto que tendrá en la actividad de crédito esta mayor exigencia de capital, la implicancia más preocupante, a mí juicio, es la aparente inconsistencia de esta medida con las señales recientes que ha dado el Banco Central respecto de la resiliencia del sistema financiero y su capacidad para resistir potenciales shocks».

Si bien Cayazzo manifestó que «es legítimo que las autoridades tengan una preocupación por la adecuación de los resguardos de los bancos para enfrentar escenarios negativos, pero es cuestionable si el colchón contracíclico era la mejor herramienta que tenían disponible para abordar dicha preocupación».

«Me parece que herramientas de supervisión habrían sido más inmediatas y efectivas al apuntar a los bancos menos capitalizados y, además, estarían generando menos ruido en el mercado», agregó el experto.

Puede tener efectos indeseados

Junto con ello, apuntó que se trata de 1.500 millones de dólares de mayor exigencia de capital, lo que es «una cifra perfectamente alcanzable para los bancos, pero el cambio potencial en las expectativas de los agentes puede tener efectos indeseados más allá de lo que pase con el mercado del crédito».

El economista jefe de BCI, Sergio Lehmann, sostuvo que el aumento en el requerimiento de capital implica menor uso de recursos para nuevos créditos. «Si bien la banca presenta índices de capital que están por sobre la norma regulatoria, se envía señal de que se debe ser aún más cuidadosa en el uso de su capital», indicó.

Y añadió: «Los factores externos que el Banco Central señala son la tensión bancaria, y las dudas respecto a la prolongación de políticas contractivas en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, los argumentos son un tanto débiles. Se percibe un mayor control sobre la situación de los bancos en Estados Unidos, al tiempo que la lectura sobre la política monetaria en Estados Unidos y Europa responde a economías más resilientes, con mayor impulso. Más bien se lee de este factor que alcanzar un equilibrio en las economías desarrolladas será de forma más gradual».

Por su parte, Ewald Stark, analista senior de Bice Inversiones, en tanto, explicó que, en términos simples, la medida se traducirá en un menor crecimiento del crédito, especialmente en segmentos más riesgosos. «Esta herramienta es de carácter contracíclico. Y busca que los bancos aumenten su capacidad de resistir shocks ante eventos de tensión financiera. De modo que, de darse un escenario de shock, el crédito siga fluyendo a la economía a través de la liberación de este ‘colchón'», dijo.

«El objetivo es evitar la generación de desequilibrios»

«Desde la perspectiva de Stark, eso sí, hoy la banca en general se mantiene bien capitalizada, y todos los bancos pueden cumplir holgadamente con esta nueva exigencia con el capital que hoy ya tienen, o bien capitalizando sus utilidades y asignándolas a esta cuenta de capital. A los bancos les afecta con un menor crecimiento del crédito, lo que puede generar menores resultados», agregó.

Mientras que Francisco Simian, economista jefe de Altafid, opina que «el RCC contribuirá a contener la generación de crédito. El objetivo es evitar la generación de desequilibrios que luego podrían golpear la solvencia de uno o más bancos».

Y haciendo referencia al Informe de Estabilidad Financiera del primer semestre divulgado hoy, Simian indicó: «Para economías emergentes han aumentado los riesgos de correcciones abruptas en los precios de activos y de salidas de capitales. Estos riesgos son mayores si los tipos de interés en economías desarrolladas se mantienen altos por más tiempo de lo previsto».

«En Chile, además, se suma la posición financiera más estrecha de los hogares, dejando a los agentes más expuestos a riesgos por cambios en las tasas de interés. En parte debido a esto se hace necesario fortalecer la capacidad del sistema financiero para enfrentar potenciales efectos adversos. Activar el RCC va, precisamente, en esta dirección», dijo.

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