El alcalde de San Juan, Miguel Romero Lugo, anunció este domingo la puesta en marcha del sistema de transporte colectivo denominado La Línea de San Juan, que contará con nueve rutas y será gratuito.
Con el propósito de convertir a la capital de Puerto Rico en una ciudad vial y segura para los residentes, visitantes y turistas, la primera fase de este proyecto comenzará a partir de mañana, lunes 11 de julio.
La Línea de San Juan proveerá una movilidad urbana sostenible. Esto con el fin de facilitar un desplazamiento eficiente en la ciudad sin la necesidad de utilizar automóviles privados y de manera gratuita. Así lo indicó un comunicado del municipio.
«Esta iniciativa constituye una forma de transporte para personas de escasos recursos, estudiantes a nivel escolar y universitario, personas de edad avanzada y visitantes de nuestra ciudad capital». Así lo recalcó Romero Lugo.
El proyecto de La Línea de San Juan se llevó a cabo mediante una inversión total de 1.087.322 dólares provenientes de fondos federales, a la que se sumarán 500.000 dólares para el mantenimiento y reparación de la flota vehicular.
San Juan con nuevo sistema de transporte
Este servicio se divide en dos fases, la primera de las cuales incluye rutas como Condado-Viejo San Juan, Caimito-Cupey y Pedrín Zorrilla-Domenech-Santurce y operará con diez autobuses y doce conductores.
Se proyecta que otras cuatro rutas bajo la fase dos, entre ellas Las Margaritas-Santurce y Río Piedras-Centro Médico, se integren al plan en el mes de agosto.
Las nueve rutas tendrán un total de 280 paradas y se calcula que beneficiarán a 197.916 personas.
El alcalde señaló que, a pesar de la importancia de este servicio, el mismo se vio interrumpido por varios años. La RED Conecta, como se llamaba antes, llevaba sin operar desde el comienzo de la pandemia de la covid-19.
Para el reinicio de esta iniciativa, Romero Lugo destacó que se revisaron rutas y horarios. Esto con el objetivo de brindar un mejor servicio y solventar los anteriores problemas de conexión entre las líneas.
El sistema de transporte público en Puerto Rico es en general deficiente. La población acostumbra a desplazarse en vehículos privados, pese al aumento del precio de la gasolina.