sur de irak
Foto EFE

Centenares de ciudadanos continúan protestando este sábado en la ciudad de Nasiriya, en el sur de Irak, donde en los últimos dos días han muerto al menos 46 personas. Esto a pesar de la dimisión del primer ministro, Adel Abdelmahdi, que fue aprobada en la mañana por el Consejo de Ministros en una sesión extraordinaria.

Un gran número de manifestantes está rodeando la sede de la Comandancia de la Policía de Di Qar, ubicada en Nasiriya. Mientras tanto, las fuerzas de seguridad disparan al aire con munición real para dispersar a los manifestantes. Así informó a laagencia de noticias Efe una fuente del Ministerio de Interior iraquí que pidió el anonimato.

Según la fuente no se han registrado heridos, mientras los líderes tribales provinciales y las autoridades locales intentan persuadir a los manifestantes. La intención es que se retiren de las inmediaciones del edificio de la Policía provincial, epicentro de las protestas en la ciudad en los últimos días.

Las autoridades de Di Qar decretaron esta madrugada tres días de duelo en toda la provincia tras los feroces enfrentamientos de las dos últimas jornadas, que se saldaron con al menos 46 muertos en Nasiriya. Sin embargo, los manifestantes tomaron el control de los principales puentes que unen la ciudad a través del Éufrates desde esta mañana.

La dimisión

Después de que el pasado miércoles los manifestantes irrumpieran en el consulado iraní de Nayaf, también en el sur de Irak de mayoría chií, hubo una escalada de violencia. Esta fue condenada por las principales autoridades de esa rama del islam y líderes políticos y desembocó en la renuncia del primer ministro.

Abdelmahdi anunció el viernes su renuncia al frente del Ejecutivo y este sábado el Consejo de Ministros aprobó la decisión durante una reunión extraordinaria. En ella se habló de formalizar la dimisión del primer ministro, mañana, en una «sesión especial» en el Parlamento iraquí.

También se aprobó la dimisión del director de la oficina de Abdelmahdi, así como la del secretario general del Consejo de Ministros, según un comunicado.

Por su parte, el Consejo Supremo de Justicia aseguró que se castigará severamente los agresores de ciudadanos y manifestantes pacíficos. Las protestas en el sur de Irak, que iniciaron el pasado 1 de octubre, ya acumulan 400 muertos.

La pública e independiente Comisión de Derechos Humanos iraquí anunció también que está reuniendo y documentando todas las evidencias que demuestran la implicación de los que han cometido graves violaciones de derechos humanos y libertades para presentar las quejas a la Fiscalía General.

Los manifestantes piden un cambio completo de Gobierno. Lo consideran corrupto y responsable de la mala gestión de los recursos y problemas económicos del país. En especial, en todo en el sur rico en petróleo donde la población no se beneficia del oro negro.


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