Pedro Castillo, El Nacional
Foto: EFE / Paolo Aguilar

Inaceptable, un golpe bajo, un caos o una bomba: así ve la prensa peruana la asunción del primer gobierno de Pedro Castillo apenas un día después de que el flamante presidente nombrara a su gabinete de ministros, de un notorio perfil izquierdista y liderado por un congresista machista y homófobo.

«Inaceptable y vergonzoso», tituló en la portada de su edición impresa el diario El Comercio, decano de la prensa peruana.

En su editorial, el periódico tilda de «una pésima señal» el nombramiento del nuevo gabinete ministerial, que Castillo anunció la víspera, en su primer día como presidente.

Tras días de un estricto hermetismo, el maestro rural sorprendió el jueves a sus compatriotas al revelar y tomar juramento de quienes integrarán su Ejecutivo: un grupo dominado por sectores izquierdistas, con algún técnico, apenas dos mujeres y con la marcada ausencia de los ministros de Economía y Justicia.

Horas antes de conocer al equipo ministerial, ya habían saltado las alarmas por el nombramiento del legislador de Perú Libre Guido Bellido como primer ministro, una figura polémica por ser parte del ala dura del partido oficialista y allegado al fundador del mismo, el médico marxista Vladimir Cerrón, sentenciado por corrupción.

La designación de Bellido, quien afronta una investigación por presunta apología del terrorismo, motivó el rechazo de la mayoría de bancadas parlamentarias, incluidas agrupaciones izquierdistas y liberales, que consideraron que no generará ni la confianza ni los consensos que requiere el Perú en medio de la crisis sanitaria, económica y social que afronta por la pandemia.

Este nombramiento generó que Castillo tuviera una crisis de gobierno tan solo un día después de haber asumido la jefatura del Estado para el periodo 2021-2026 y tuvo que retrasar casi tres horas la toma de juramento de los ministros, en medio de una ola de especulaciones y críticas.

«Se impuso cerrón»

El Comercio, en su editorial de este viernes titulado «El Ejecutivo de Cerrón», destacó los «vicios antidemocráticos que representa el nuevo primer ministro», quien calificó al régimen cubano de «democracia», lo que el diario considera «una mentira que da cuenta de sus débiles convicciones democráticas».

Agrega que todo lo ocurrido en las últimas horas desvela la «improvisación de un gobierno que empezó defraudando» y «describe a un poder Ejecutivo presto para el enfrentamiento con el Congreso».

También el conservador Diario Expreso subraya el carácter «beligerante» del nombramiento de Bellido, que «busca provocar al Congreso para que no le dé el voto de confianza» y así cerrar el Parlamento y «gobernar con decretos de urgencia».

«Se impuso Cerrón. El gabinete Bellido sin Economía ni Justicia: un caos», se lee en su portada.

«Improvisación y extremismo»

La tónica del resto de los principales medios de comunicación del país no es menos airada.

El Diario Correo titula la capa de su edición impresa con ese escueto mensaje: «Premier bomba», y señala que la elección del «proterrorista» generó una «estampida en la elección del gabinete, con renuncias en diversas carteras».

Para el diario Perú21, todo lo ocurrido la víspera es señal de que ya «comenzó el desgobierno».

«Entra la improvisación y el extremismo, el Perú empieza a ‘cambiar’. Por primera vez tuvimos una crisis preministerial y renunciaron ministros sin juramentar», indica en su portada.

También el periódico La República, de tendencia progresista, publica un editorial en el que califica de «golpe bajo» la designación de un hombre «con posiciones homofóbicas y machistas» como Bellido, cuya elección revela «sin duda la ruptura del compromiso básico de mantener al país lejos de cualquier amenaza extremista».

El diario sostiene que entre las razones que motivaron a muchos peruanos a respaldar a Castillo figuraban «los compromisos de no ser ‘ni comunistas, ni terroristas’ y de mantener un equilibrio en el manejo de la economía, sin extremismos ni de derecha ni de izquierda».

«Ningún improvisado, por más vínculos partidarios que ostente, puede hacerse cargo de una representación tan importante, en un momento tan delicado», culmina el editorial.


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