papa Francisco
A principios de diciembre, el papa Francisco colocó en el palacio Apostólico una cruz realizada con un chaleco salvavidas como símbolo de los muchos muertos sin nombre ahogados en el Mediterráneo que le había donado Mediterranea | Archivo

El papa Francisco envió una carta a la ONG italiana Mediterranea, que se ocupa de rescatar a migrantes en el Mediterráneo Central, en la que afirma que está siempre dispuesto a echar una mano en respuesta al responsable de la organización, que lamentaba la situación en Libia y Grecia.

«Luca, querido hermano, muchas gracias por la carta que me trajo Michael -el cardenal Czerny, subsecretario de la Sección de Migrantes y Refugiados-. Gracias por la piedad humana que tienes ante delante de tantos dolores. Gracias por su testimonio, que es tan bueno para mí. Estoy cerca de ti y de tus compañeros. Gracias por todo lo que hacéis. Quiero decirte que estoy siempre dispuesto a echar una mano», escribe el pontífice.

«Cuenta conmigo. Te deseo una santa Pascua. Rezo por ti, hazlo por mí», dice la carta firmada el 10 de abril.

Mediterranea Saving Humans, plataforma para el rescate de migrantes en el Mediterráneo en la que colaboran la ONG española Open Arms y la alemana Sea Wacth, escribió una carta a Francisco para relatarle la situación de esas personas en Libia y en Grecia.

El jefe de misión Luca Casarini, en nombre de todos los miembros de la organización, expresaba amargura por los obstáculos a los barcos humanitarios, pero sobre todo por el empeoramiento de las condiciones de miles de personas en los campos de prisioneros en Libia y en los campos en Grecia, donde se avecina la amenaza del coronavirus.

Casarini escribía al Papa: «Estamos sufriendo al pensar en nuestros hermanos y hermanas que van a navegar desde Libia, incluso en estos días: más de 600, incluidos muchos niños, han sido capturados por milicias libias que se autodenominan ‘guardacostas’ y que los Estados han llenado con dinero para hacer esto».

«Los trajeron de vuelta al infierno de los campamentos. 150 de ellos lograron llegar a las playas de Lampedusa, asistidos solo por sus fuerzas y por Nuestro Señor. Otros 150 están a bordo de un pequeño barco que los gobiernos de Europa están negando un puerto de escala», añadía.

En estos momentos tanto Malta como Italia han cerrado sus puertos alegando medidas de seguridad frente a la pandemia de coronavirus.

Y el barco Alan Kurdi de la organización alemana Sea Eye se encuentra en el mar desde  el 6 de abril con 150 migrantes rescatados en espera de una solución.

A principios de diciembre, el papa Francisco colocó en el palacio Apostólico una cruz realizada con un chaleco salvavidas como símbolo de los muchos muertos sin nombre ahogados en el Mediterráneo que le había donado Mediterranea.


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