La Oficina de las Naciones Unidas para los derechos humanos anunció este lunes que enviará una misión a Perú, invitada por el gobierno, para investigar posibles violaciones de las libertades fundamentales durante la crisis política que vive ese país.
La portavoz de la institución Marta Hurtado confirmó a Efe el envío de la misión de expertos y manifestó la preocupación de la oficina que dirige la alta comisionada Michelle Bachelet por las denuncias de uso innecesario y excesivo de la fuerza por funcionarios de seguridad, así como de detenciones sin el debido proceso.
Muerte de dos manifestantes
También expresó el pesar de la oficina por la muerte de dos jóvenes manifestantes aparentemente en ejemplos de ese uso excesivo de la fuerza. Pidió una investigación imparcial y transparente de las circunstancias de esos sucesos.
«Nos preocupan asimismo informaciones que hablan de más de 90 heridos cuando participaban en manifestaciones pacíficas», señaló la fuente oficial.
La portavoz recordó a las autoridades peruanas: «cualquier uso de la fuerza por parte de fuerzas de seguridad debe ser razonable, legal y proporcionado al nivel de la amenaza. Y que no deben usarse armas de fuego para el control de manifestaciones».
Tampoco deben usarse municiones categorizadas como menos letales, como las balas de metal recubiertas de goma, proyectil que causó la muerte de al menos uno de los jóvenes fallecidos en la actual crisis.
Hurtado añadió que «cualquier despliegue de agentes de paisano en manifestaciones debe ser el estrictamente necesario dadas las circunstancias y estos agentes no deben incitar a la violencia».
Detenciones arbitrarias
La portavoz subrayó que la oficina recibió también denuncias de detenciones arbitrarias y restricciones no justificadas a periodistas que intentaban ejercer su derecho a informar. Por ello, la oficina recordó a las autoridades peruanas que deben cumplir con sus obligaciones en relación con la libertad de prensa.
Dos presidentes en una semana
La salida de Martín Vizcarra de la Presidencia de Perú y la posterior asunción del Poder Ejecutivo por parte del presidente del Congreso, Manuel Merino, provocaron una fuerte reacción ciudadana que fue respondida con una violenta represión de las manifestaciones que el sábado dejó al menos dos muertos y numerosos heridos.
Tras esos sucesos, el presidente provisional de Perú, Manuel Merino anunció su renuncia el domingo al cargo que asumió solo cinco días antes.