Un enviado de la ONU está viajando este jueves a Bolivia para tratar de mediar entre las distintas fuerzas políticas. La organización espera lograr una solución pacífica a la crisis que desencadenó la renuncia de Evo Morales a la Presidencia, anunció la organización.
El jefe de Naciones Unidas, António Guterres, encargó esa tarea al diplomático francés Jean Arnault, quien ejercerá como su enviado personal. También se reunirá con todos los actores bolivianos.
El objetivo de la ONU es “apoyar los esfuerzos para lograr una solución pacífica a la crisis, incluyendo elecciones transparentes”, explicó el portavoz Stéphane Dujarric.
Guterres sigue, según Dujarric, preocupado por los acontecimientos en Bolivia y llama a todos los ciudadanos a evitar la violencia y ejercer la máxima contención.
Arnault fue hasta finales del año pasado el representante especial de la ONU para Colombia. Además, ha servido como enviado para Georgia, Afganistán, Burundi y Guatemala.
Objetivo de la decisión
La decisión de Guterres de desplegar una mediación en Bolivia llega horas después de que el ex presidente Evo Morales pidió a la ONU, a países amigos de Europa y a instituciones, como la Iglesia Católica, que apoyaran un diálogo para pacificar el país.
Consultado al respecto, el portavoz de Guterres aseguró que se trata de una iniciativa propia del secretario general de Naciones Unidas.
Guterres, según Dujarric, no ha hablado con Morales, quien se encuentra como asilado político en México después de renunciar a la Presidencia el pasado domingo.
El líder indígena ha abogado por un diálogo nacional para detener la confrontación y aseguró que está dispuesto a regresar al país si el pueblo lo pide.
Morales denunció lo ocurrido como un golpe de Estado y acusó de permitirlo a la Organización de los Estados Americanos, organismo que denunció irregularidades en los comicios del 20 de octubre.
El domingo de 10 de noviembre, Morales había anunciado la repetición de las elecciones presidenciales después de que la OEA dió a conocer numerosas irregularidades en la votación, en la que fue reelegido para un cuarto mandato.
Poco después, sin embargo, ante recomendaciones de policías y militares, anunció su dimisión luego de casi 14 años en el poder.
Dos días más tarde, la senadora opositora Jeanine Áñez asumió la Presidencia Interina de Bolivia.