Navidad a distancia
Analistas venezolanos advirtieron que mientras el conflicto político no se resuelva la migración forzada seguirá creciendo en 2020. | Foto: AFP

La Navidad a distancia es una tradición que cada vez se hace más vigente en muchas familias venezolanas desmembradas por el mayor éxodo masivo en la región, que ha generado la emergencia humanitaria compleja que registra el país.

Analistas locales advirtieron que mientras el conflicto político no se resuelva, la migración forzada seguirá creciendo en 2020.

Para Luisa Pérez, una madre de 52 años de edad, en estos días de Navidad la realidad del país se hace más sórdida y triste con la ausencia de sus cuatro hijos, que obligados por la situación debieron cruzar las fronteras en busca de un futuro mejor.

«Ahora solo vivo de recuerdos, de cómo nos reuníamos en estas fiestas para hacer las hallacas o adornar el árbol», comentó.

En su vivienda al final de la avenida Fuerzas Armadas, de Caracas, dijo: «Me hubiera gustado que se fueran por decisión propia y no porque estamos en un país quebrado, sin alimentos, sin medicinas, sin transporte, sin agua, y ahora dolarizados a juro porque el bolívar no vale nada y nadie lo quiere recibir».

«Cada día estamos peor, no veo forma de salir de esta crisis ni con 10 Juan Guaidós, y mientras esto no cambie al menos mis hijos no regresarán», afirmó.

Explicó que todos sus hijos (de 29, 26, 24 y 23 años de edad) se fueron hace cinco años, cuando la crisis económica recrudeció, y desde entonces la Navidad y el abrazo de fin de año son a través de la tecnología, así como el resto de las comunicaciones familiares.

«Dos están en España; uno, en Perú, y otro, en México. Todos los días hablo con ellos, pero no es igual tenerlos aquí, abrazarlos, besarlos. Definitivamente la Navidad ya no es la misma. El calor familiar se ha ido desvaneciendo con sus ausencias», lamentó, sin evitar que las lágrimas rodaran por su rostro.

«Lo peor es cuando falla la luz o el Internet, la soledad me arropa porque no los puedo contactar para hablar, contarles cómo estoy. Es un dolor muy profundo tenerlos tan lejos», indicó.

A su vez, su vecina Mercedes Acuña, de 45 años de edad, aseguró: «En este mes la sensibilidad está a flor de piel, yo lloro por todo desde que mi único hijo se fue a Chile, hace ocho meses».

«Uno sabe que es lo mejor, que se vayan a que la delincuencia me lo mate, pero da miedo con tanta xenofobia desatada contra los venezolanos», opinó.

«No pierdo la esperanza de que volvamos a estar juntos, como familia que somos», aseguró.

4.769.498 venezolanos han salido del país huyendo de la falta de alimentos, medicinas, servicios públicos y de la hiperinflación que atraviesa a esta nación, de acuerdo con cifras que maneja el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

Se trata de una cifra que ubica a los venezolanos como la segunda población de desplazados después de los refugiados sirios, según Acnur.


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