Erupción
En las últimas 24 horas se registró un centenar de sismos de origen volcánico | EFE

La erupción del volcán Taal en Filipinas, que esta madrugada comenzó a escupir lava, forzó la evacuación de más de 24.500 personas.

La migración desplazó a los habitantes de los municipios de alrededor. Mientras, la ceniza alcanza Manila, a casi 60 kilómetros.

Los refugiados se encuentran en 45 centros de evacuación habilitados por las autoridades, según datos del gobierno provincial.

500 vuelos tuvieron que ser cancelados debido a las emanaciones.

El portavoz de la Defensa Civil de la región, Lexie Masiglat, informó que el operativo de evacuación sigue el marcha, por lo que la cifra de desalojados irá en aumento.

Del total de evacuados, aproximadamente 2.000 personas residen en la pequeña isla dentro del lago Taal que integra el propio volcán.

Erupción magmática

Al comenzar a expulsar lava, la erupción pasó a ser de carácter magmático y hay riesgo de que se origine un tsumani volcánico por estar dentro de un lago, explicó el Instituto de Vulcanología y Sismología de Filipinas.

El director de Phivolcs, Renato Solidum, explicó que la fuente de lava no significa necesariamente que el volcán haya entrado en la fase de «erupción explosiva peligrosa». Agregó que tampoco es una posibilidad descartable.

Phivolcs subió el domingo de manera escalonada la alerta del nivel 1 a 4, en una escala de 5. La medida se tomó después de que se intensificó la actividad en el cráter de origen freático y se generó una erupción de humo hasta de 10 kilómetros de altura.

Las precauciones

El nivel de alerta 4 implica expulsiones leves de lava y que la erupción peligrosa es inminente. Por ello, se recomienda la evacuación de todas las poblaciones ubicadas dentro de un radio de 14 kilómetros del volcán.

En las últimas 24 horas se ha registrado un centenar de sismos de origen volcánico. 32 de ellos son perceptibles con intensidad fuerte. Un terremoto alcanzó esta madrugada magnitud de 3,8.

Los aeropuertos Ninoy Aquino, en Manila, y el de Clark -a casi 90 kilómetros al norte de la capital- reanudaron parcialmente sus operaciones después de que se cerraron este domingo por la falta de visibilidad ocasionada por la ceniza y el riesgo de que la pista de aterrizaje resbale.

Desde el domingo se han cancelado cientos de vuelos y miles de pasajeros permanecen varados en los aeropuertos esperando a que sean reprogramados.

También se suspendieron las clases y el trabajo en centros gubernamentales en Manila y la región de Calabarzon.

En las zonas aledañas al volcán, todo está cubierto de una gruesa capa de ceniza y humo tóxico. Por esta razón el Departamento de Salud recomendó no estar al aire libre y si lo hacen que usen gafas y mascarillas, aunque estas se agotaron.

También desaconsejan conducir, ya que la visibilidad es limitada y el suelo está resbaladizo por causa de la ceniza.

Una persona murió y tres resultaron heridas en un accidente de tráfico en la provincia de Laguna causado por la falta de visibilidad, de acuerdo con el portal Rappler.

Equipos de la Cruz Roja filipina también se han desplazado a la zona para ayudar en las labores de evacuación y las Fuerzas Armadas de Filipinas están en alerta. Enviaron cinco camiones para desplazar a los evacuados.

El volcán, que ha entrado en erupción 33 veces desde 1572, mató a aproximadamente 1.300 personas en 1911 y a 200 en 1965.

Es una isla dentro del lago Taal, que se sitúa dentro de una caldera formada anteriormente por una erupción muy grande y forma parte de una cadena volcánica que se extiende por la región occidental de la isla de Luzón.


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