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Foto archivo

El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva afirmó este miércoles que vencerá cada uno de los procesos a los que se enfrenta en la justicia para recuperar su derecho político, pero puso en duda su candidatura para las presidenciales de 2022 y apuntó a Fernando Haddad como sucesor.

El jefe del Partido de los Trabajadores, que responde en libertad a nueve procesos, dijo en una entrevista con TV 247 que descubrirá a todos los fiscales y jueces que le hicieron acusaciones «mentirosas».

No obstante, apuntó que por motivos personales podría preferir apoyar a Haddad, ex alcalde de Sao Paulo y candidato derrotado por el actual presidente, Jair Bolsonaro.

«Haddad es potencial candidato. No puedo decir que lo seré porque tendré entonces 77 años, pese a que me cuido y todavía tengo mucha energía. Además, me quiero casar y cuidar a mi mujer. Soy consciente de que el tiempo que tengo es más corto del que ya tuve y me agenda es muy intensa», apuntó.

«Sin embargo, no puedo decir que lo descarto. Cuando el caballo pase ensillado el que se suba primero irá», añadió Lula, quien dijo que desea vivir 120 años.

Lula ante la Justicia brasileña

El político, de 74 años de edad, que estaba encarcelado en la sede de la Policía Federal de Curitiba desde abril de 2018, fue liberado el 8 de noviembre tras beneficiarse de una decisión de la Corte Suprema que declaró inconstitucional la prisión de una persona antes de que se agoten todos sus recursos en la justicia.

Del rosario de procesos por corrupción que tiene abierto, Lula ha sido condenado en dos. En uno de ellos, conocido como Caso Tríplex, en tercera instancia.

La justicia brasileña ratificó y aumentó este miércoles a 17 años y un mes de prisión una segunda condena dictada en febrero.

Los tres magistrados de un tribunal de segunda instancia de la ciudad de Porto Alegre votaron por unanimidad a favor de elevar la pena de Lula frente a los 12 años y 11 meses de cárcel que le había sido impuesta en primera instancia.

Para la Justicia quedó comprobado que Lula se benefició de obras por cerca de 236.000 dólares que las constructoras Odebrecht y OAS hicieron en una casa de campo situada en el estado de Sao Paulo, a cambio de favorecer a las empresas en contratos con la estatal Petrobras.

Las condenas en los dos casos impiden que Lula pueda postularse a las próximas elecciones si no es capaz de probar su inocencia, según la ley brasileña.

«Dijeron que salí de la cárcel para generar polarización. Dios quiera que sea yo un polarizador, porque no existe en la política ninguna disputa en la que el ganador no lo haya hecho», defendió Lula.

«Bolsonaro, podría ayudarme, así disputamos las elecciones y quizás gane usted», provocó el ex mandatario durante la entrevista.

Las polémicas del gobierno de Bolsonaro

Lula criticó al gobierno y alertó a la población ante la amenaza de un nuevo golpe de Estado tras las polémicas declaraciones del ministro de Economía, Paulo Guedes, que agitó el fantasma de la dictadura militar frente a una eventual aparición y radicalización de protestas en Brasil.

«La sociedad tiene que estar en alerta para no permitir más golpes como el que sufrió Dilma. El pueblo tiene que manifestarse para defender al país. Brasil no es una hacienda, no es un corral. Las personas tienen que respetar la democracia», zanjó.

Para Lula, la sociedad va aprendiendo de trompazo en trompazo, y Brasil necesitaba a un Bolsonaro para poder valorar la democracia.

«No sirve para nada ser evangelista. El país necesita a gente que lo administre con decencia y buen corazón, y por eso estoy aquí para luchar», opinó.

«Este país tiene arreglo, puede volver a ser reconstruido y generar alegría. Bolsonarista, Lula no va a pelear, no va jugar sucio. Prepárense para una política de nivel superior», dijo.


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