El candidato a la Presidencia de Colombia por el uribismo, Iván Duque, afirmó que en las elecciones de mayo próximo se enfrentan «dos modelos de país» y asegura que el suyo y el de las fuerzas con las que está coaligado es el que no conduce inevitablemente «a acabar como Venezuela».

Duque, candidato del Centro Democrático, el partido liderado por Álvaro Uribe, se encuentra en Miami para participar este sábado en un foro junto al ex presidente colombiano en Davie (sur de Florida).

En una entrevista con Efe el candidato y senador subrayó que cuando habla del peligro de que Colombia llegue a la situación en que está hoy en día Venezuela no busca «sembrar el miedo» ni hacer una «especulación», sino que invita a «observar la realidad».

Afirmó que en su primera campaña electoral, en 1998, Hugo Chávez se mostró como «una mansa paloma» y una vez en el Palacio de Miraflores «incubó el totalitarismo, absorbió desde el Estado todas las decisiones y minó las libertades individuales».

En Colombia, dijo, hay candidatos que fueron «áulicos» de Chávez y que trataron de imponer desde cargos municipales y otras políticas similares, incluyendo «la persecución de la iniciativa privada», que en su mayoría fracasaron por la «improvisación».

Aunque no lo mencionó por su nombre Duque parecía referirse a Gustavo Petro, ex alcalde de Bogotá y candidato presidencial, quien según las últimas encuestas lidera las intenciones de voto.

Duque, que ha reunido en un pequeño libro naranja 162 propuestas concretas «para el futuro de Colombia», tampoco mencionó por su nombre al ex líder guerrillero Rodrigo Londoño «Timochenko», otro candidato a la Presidencia, cuando habló sobre la decisión que tomaron hoy las FARC de retirar su campaña electoral debido a las protestas que despierta a su paso.

«La protesta social pacífica es fundamental en una democracia; los colombianos estamos indignados de ver criminales de lesa humanidad aspirar a cargos de elección popular sin reparar, sin decir la verdad y sin cumplir penas proporcionales», expresó Duque.

Sin embargo, no es de los que se oponen taxativamente a que los ex guerrilleros participen en política.

«Después de un proceso de desmovilización, desarme y reinserción el tránsito a la política es entendible», dice.

Si llega a la Presidencia, para lo cual debe primero que todo ganar las internas del 11 de marzo de las que surgirá el candidato de la denominada «coalición del no», de la que forman parte otras fuerzas conservadoras, no se propone «hacer trizas» los acuerdos de paz firmados en 2016 por el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC.

Pero sí acabar con el «monumento a la impunidad» que significa haciendo las «modificaciones estructurales» que pretendían las fuerzas que defendieron «no» validar los acuerdos en un plebiscito celebrado en octubre de 2016, en el que triunfó esa opción, pero el gobierno de Santos «pasó por encima» del resultado.


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